En un recorrido por el Centro Histórico se pudo constatar que la sana distancia para evitar el coronavirus es una misión imposible cuando se transita por las calles en este mes decembrino.
Las filas de los comercios locales se caracterizaron por la ausencia de Susana, a la que tanto promocionaron durante este 2020; se ha mencionado infinidad de veces la importancia de la sana distancia, sin embargo, la única certidumbre es que sigue lejos el fin de la pandemia, pues es posible asegurar que, de seguir este ritmo, ésta se alargará aún más y pronto el Semáforo Epidemiológico cambiará hacia el rojo, que nadie desea.
Filas y filas de gente esperando poder entrar a la tienda a comprar ropa, gente caminando con bolsas en las manos, juguetes acompañando por el camino a quienes se convierten en Santa Claus para estas fechas… Así es como se encuentra hoy el Centro.
Puestos de comida con mesas prácticamente una encima de otra, con el riesgo exponencial por la falta del cubrebocas mientras se come.
Y sin mencionar que al entrar a los establecimientos, en muchos de ellos, se encuentra un tapete seco que pretende evitar el esparcimiento del virus… Claro, debiera estar lleno de sanitizante, pero en algunos lugares esto parece imposible.
Termómetros que miden la temperatura del aire, de brazos y, en algunas ocasiones, de quienes piensan entrar a los comercios.
El esparcimiento del virus es algo que nadie desea y, sin embargo, tal pareciera que en el Centro Histórico se cuenta con la inmunidad propia de la Navidad; puesto que, sin sana distancia, sin tapetes bien mojados con sanitizante y con termómetros que miden todo menos la temperatura de quienes ingresan, se espera frenar los contagios.
Contado lo cual se recuerda y se exhorta a la población a incrementar sus cuidados, puesto que en diversas ocasiones, tanto las autoridades sanitarias como el propio Gobernador del Estado, han extendido la petición de vivir las fiestas decembrinas de este año de una forma diferente.
Este llamado no se dirige únicamente a las fechas como el 24, 25 y 31 de diciembre; sino también a los días previos. Evitando lugares aglomerados e ir a donde no es necesario, así como acatando las medidas de sanidad como el cubrebocas y el gel antibacterial en caso de salir.
Sin embargo, hasta ahora la ciudadanía parece estar haciendo caso omiso, como si el esparcimiento del virus se viera detenido por un señor vestido de traje rojo y barba blanca; pero la realidad es distinta y nada alentadora, pues aunque para algunos se han convertido únicamente en números y cifras, todos los días sin excepción alguien se ha tenido que despedir de alguien a quien amaba.