Blanca M., madre de dos niñas clavadistas, denunció a los entrenadores cubanos Héctor Soto y Alexandre Varona, por el bullying que sus hijas sufrieron en el Complejo Acuático “Rómmel Pacheco Marrufo” de la Unidad Deportiva Kukulcán.
“Basta ya de bullying, cuatro años soportando las majaderías, groserías y demás maldades por parte de dos entrenadores cubanos y de algunos padres de familia”, señaló la mujer, quien también indicó que las autoridades no han hecho nada al respecto.
El IDEY a cargo de Carlos Xavier Sáenz Castillo, tampoco quiere atender a la madre de las niñas y la Codhey, no ha emitido información alguna sobre el caso; desde hace un año esperan una resolución para la situación.
Asimismo, la denuncia ha llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y por la pandemia el caso se detuvo.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) enterada del caso, según la madre de las niñas, tampoco se ha pronunciado al respecto.
Blanca M. informó que ya no esperará más y destapará la “cloaca” para dar a conocer todas las “cochinadas” que existen en el interior de los clavados en Yucatán, aunque esto afecte la imagen del deporte en la Entidad.
Entre las muchas situaciones que han vivido, contó que en una ocasión el entrenador Soto le provocó, con dolo, un accidente a su hija Vanessa, quien acabó con contracturas en cuello y espalda, además de lesiones en la rodilla y las costillas.
Aseguró que toda esta situación comenzó desde el año 2016, debido a que una de sus hijas sufría de bullying por parte de un compañero suyo, quien la insultaba, le pisaba las manos, le decía “perdedora” y las menospreciaba.
Ante la situación, Blanca decidió acudir con una queja ante el IDEY y fue ahí cuando la situación se agravó.
Pues tanto los entrenadores y compañero comenzaron a rezagar a sus hijas, pero incluso violentándolas verbal y físicamente.
Según la madre llegó al punto en que el entrenador un día dejó que todos los niños salgan del gimnasio y le pidió a Vanessa que se quedara, quien le preguntó si hacía un clavado y él le dijo que sí, pero en cuanto brincó para lanzarse, él apagó la luz, por lo que la niña se cayó, ocasionándole contracturas en espalda y cuello, además de lesiones en la rodilla y las costillas.
Sin embargo, comentó que, aunque han invitado a sus hijas a incursionar en otros deportes, ellas quieren emular las hazañas de Rommel Pacheco Marrufo, de quien se dicen ser fans.
Por lo pronto Banca M., llegará hasta las últimas consecuencias, además de que espera que las niñas, de 10 y 13 años, regresen a los entrenamientos próximamente.
Finalmente, dijo que uno de sus deseos es que se castigue a los que resulten responsables, ya que de lo contrario “caerán muchas cabezas”.