Febrero es un mes que se caracteriza por ser parte de una transición entre el invierno y la primavera; es por eso que en ocasiones se registran cambios muy bruscos.
De hecho en ocasiones, en cuestión de unas horas se puede cambiar de mucho calor a temperaturas de frías a frescas. La misma condición se presenta en marzo, aunque es un tanto más caluroso.
Las condiciones meteorológicas contrastantes en estos dos meses se deben a la lucha entre masas de aire sobre la región de la Península de Yucatán, pues, por un lado, los frentes fríos y sus masas de aire polar asociadas comienzan a encontrarse con anticiclones cálidos sobre nuestra zona, lo cual hace que se dé un choque térmico muy marcado.
En marzo, los frentes y sus masas de aire frío empiezan a disminuir su intensidad y gradualmente el aire cálido comienza a dominar; no obstante, aún se presentan estos encuentros de masas de aire, lo cual prolonga el periodo de condiciones meteorológicas contrastantes.
En ocasiones el aire frío se queda estacionado varios días sobre nuestra geografía, para después dar paso a un periodo prolongado de aire caliente; el proceso se repite semana tras semana; sin embargo, lo característico de la época es el contraste térmico en un lapso corto de tiempo, lo que hace pensar que la atmósfera se vuelve loca y no tiene un patrón definido en su circulación.
Vientos variables
Al haber grandes diferencias de temperatura en estos meses del año, se entiende que en respuesta se presentan fuertes diferencias de presión, lo que en consecuencia da como resultado vientos más fuertes. Es por eso que en cuestión de días podemos pasar de una “surada”, con vientos cálidos del Sur y Sureste que pueden alcanzar o superar velocidades de más de 60 km/h, a “nortes” de intensidades similares o mayores que a su vez traen aire más frío.
Asimismo, independientemente de los vientos cálidos o fríos asociados a la lucha de masas de aire en la región, también tenemos una escala de circulación de vientos regional, y que se fabrica por las mismas características de nuestra geografía. A estos vientos se les denomina “nrisa”.
Nuestra brisa regional se genera por la diferencia de temperatura entre el interior continental de la península y el océano, en este caso el golfo de México. Cuando las temperaturas son muy altas en esta época en el transcurso de la tarde, el aire cálido asciende debido a que es más liviano.
Al ascender deja un vacío, que necesariamente se llena con el aire a su alrededor para encontrar el equilibrio. En este caso, es el aire que viene del mar, por las costas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. De esta manera, en varias ocasiones, después del mediodía ocurre un refrescamiento en las temperaturas y un cambio en la dirección del viento, mayormente de Sureste a Noreste, con velocidades que a veces pueden ser también de importante magnitud y de igual forma generan notables diferencias de temperatura en pocas horas.
Por Juan Antonio Palma Solís