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Yucatán

Angélica Balado, una cantautora yucateca transparente

Angélica Balado Várguez vivió una parte de su infancia en su natal Tekax, al Sur de Yucatán, que se encuentra entre cerros, en donde la luz eléctrica dejaba de producirse a las diez de la noche. Proveniente de una familia de escasos recursos, y de padres muy jóvenes y trabajadores emigraron a Mérida en busca de una mejor vida. Su abuelo paterno fue sastre y su abuela, ama de casa, tuvo 11 hijos. Su abuelo materno era panadero. Piensa que su infancia, como era el estilo de aquellos tiempos, estuvo condicionada por los deseos de su madre quien decidía la ropa que debía vestir, las tareas de la casa.

En su vida la música siempre estuvo presente ya que sus padres eran buenos cantantes que aunque no cantaban profesionalmente tenían colecciones de discos de géneros diversos que siempre escuchaban, por lo que a los dos años Angélica ya cantaba, y un tío suyo le pagaba un peso por cada canción que interpretaba, por lo que en tono de broma dice: “Desde aquél entonces entendí que la música nunca es gratis”.

En contra de los deseos de su madre, su padre le regala su primera guitarra a los 10 años, ya que su mamá temía que le fuera a gustar más la música que los estudios y que se volviera “musiquera” como decía despectivamente, porque presentía que era su destino manifiesto, y en eso no se equivocó. Cuatro años más tarde, su carrera como compositora comenzó cuando formaba parte de un coro religioso que cantaba en misas, lo cual le aburría, ya que siempre cantaban lo mismo, por lo que empezó a adaptar melodías de canciones conocidas a las liturgias, y a inventar sus propios “Aleluyas” y “Hosannas”. Fuera del ámbito religioso, cuando cursaba la secundaria compuso su primera canción: “Hoy” en la que hacía referencia de una promesa que hizo con tres amigas de formar un grupo musical.

Se integró como primera voz del Cuarteto Universitario de la Universidad Autónoma de Yucatán, grupo vocal que ganó el primer lugar en 1978 en el concurso Valores Juveniles Bacardí, y recorrió algunos estados del país, hasta llegar a presentarse en programas importantes como “Siempre en Domingo” que conducía el fallecido Raúl Velasco, pero regresa a Mérida porque el ambiente de la televisión y de las disqueras en la Ciudad de México no le gustaron.

Al llegar a Mérida en 1984, Angélica encuentra su mejor propuesta: sus canciones en las cuales plasmaba sus emociones y el sentimiento con el cual otras personas pudieran identificarse, así como una forma de denuncia a ciertos rubros de la sociedad y la proyección de sus ideas acerca del amor, la amistad y la dignidad de la mujer.

Su trayectoria es vasta: Al año de haber llegado a Mérida se integra al Taller de Composición “Quinta Generación” que fundó y dirigió el cantautor yucateco Sergio Esquivel, el cual los proyecta a nivel nacional con sus canciones llegando a presentarse en la célebre Casa de las Américas en Cuba, así como en la Universidad de La Habana.

Durante siete años (de 1989 a 1996) formó parte del exitoso grupo Saudade como vocalista, con quienes grabó su primer disco. En 1997 forma una nueva banda musical con los cuales integra el concepto de “Veneno Acústico” grupo que tuvo mucho éxito de 1997 al 2000.

Angélica no ha dejado pasar ningún año en blanco, en el año 2000 la invitan a participar en la Muestra de Compositoras de Trova Contemporánea, representando a nuestro estado en la Ciudad de México, y graba su disco “Caminando tus calles”. Este es un año importante, ya que también es reconocida por su alma mater por sus 20 años de trayectoria y el Gobierno del Estado le otorga la Medalla al Mérito Artístico.

Se presentó en 2005 en el Festival Internacional Cervantino, y el Gobierno del Estado vuelve a reconocerle su trayectoria artística, esta vez por sus 30 años. En 2010 le otorgan la Medalla Guty Cárdenas, y al año siguiente pasa a formar parte de la galería del Museo de la Canción Yucateca con un retrato suyo pintado al óleo.

Recientemente, con 14 temas de su inspiración tocadas al estilo regional, se ha presentado con la Orquesta Típica Yukalpetén, con arreglos regionales compuestos por el maestro Pedro Carlos Herrera.

Angélica no truncó el sueño de sus padres de obtener un título universitario, es Licenciada en Educación Media Superior, tiene una especialización en docencia y cuenta con más de 30 años de servicio. Desde hace más de 9 años tiene un programa de radio y su biografía figura en la Enciclopedia Yucatanense. Es considerada una de las mejores exponentes de la Trova Yucateca Contemporánea. Más allá de su semblanza Angélica comenta que la inspiración para componer, es una especie de “acumulado” o premio que se gana en los casinos, porque no sabe cuándo se saca el premio y crea una canción.

–La inspiración no la tienes constantemente –comenta.

–Trabajo más por motivaciones, aunque he recibido el “acumulado” varias veces.

Lo que la motiva a componer, son aquellos momentos que se viven, lo que se escucha o presencia, las emociones…

–Me motiva la canción con contenido social que refleje a las mujeres como agentes de cambio que podemos llegar a ser, para educar hijos varones con sensibilidad y para ver la vida sin términos cursis –agrega.

–Me gusta componer una canción romántica y poética, me conmueven las mujeres que trabajan duro y que sacan adelante a sus hijos, que sufren, y sin embargo ríen y aman mucho –concluye.

Siente que existe una comunicación con su público que siente y entiende el verdadero sentido de su música, sobre todo “Piel de barro”, canción que le dedicó a su madre, ya que considera que hay muchas mujeres como ella viviendo entre nosotros. Dos de sus canciones románticas que han tocado a muchos son “Transparente” y “Te pido que me dejes”, las cuales siempre le piden que interprete.

Sus composiciones de crítica social como “Tiempo ajeno”, “Siglo XX” y “Ay Señor” siente que muchas veces no se capta el “meollo del asunto”. Compone las letras y la música de sus canciones, en las que busca intervalos interesantes, rítmicos y contagiosas melodías que no sean predecibles, con modulaciones inusuales, que muchas veces la mayoría de la gente no las capta.

Con respecto a los espacios en los que se ha presentado, los considera adecuados en el sentido de que son suficientes, aunque piensa que las producciones podrían ser mejores y más ambiciosas si los recursos fueran igual de abundantes, pero no lo son. Considera que la cultura todavía no es una prioridad para nuestros gobiernos.

Sobre el público al que le canta, comenta:

–Las canciones son como aves que sacas de una jaula y las sueltas al viento. Nunca sabes hasta dónde o hasta quiénes llegará, quién atrapará alguna y la atesorará, quién las coleccionará. Nunca se sabe. Sin intenciones de llegar a un tipo específico de gente, me doy cuenta que la gente que gusta de mis canciones, no es gente elitista, pero tampoco “pupulachera”, podría decirse que son personas sensibles con cierto nivel académico, concluye.

Angélica se considera dentro del género de Trova Latinoamericana, y al cuestionarle sobre el apoyo que existe en este género, comenta categóricamente que se debe dejar de utilizar la palabra “apoyo”. Piensa que no existe interés en promoverlo, y este es el motivo por lo que muchos cantantes y músicos claudiquen, ya que necesitan ganarse su sustento, por lo que terminan haciendo lo que se llama “música de cajón” en vez de continuar con sus propuestas y justificar su retiro de la música por “no haber apoyo”.

–Cuando se tiene ganas de hacer las cosas, se hacen con o sin apoyo. Se buscan recursos, patrocinios, voluntades, se busca un trabajo cualquiera para no caer en el “hueso” y mantenerse en la línea- dice categóricamente. Lamento que eso que nosotros aprendimos cantando en parques públicos, tarimas, escenarios improvisados, patios y balcones de serenata, ya no sean el recorrido de aprendizaje de los cantores de hoy. Las instituciones deben promover las propuestas que demuestren un trabajo musical a conciencia y que tenga calidad, pero los primeros que deben promover su propuesta son los artistas y no las instituciones.

Considera que algunos intérpretes están estereotipados y que se han dejado atrapar por la creencia de que son “divos” y piensan que cantar bonito es todo lo que se requiere para poder cantar en un escenario como el Teatro Peón Contreras.

Sobre las cosas que considera que hacen falta, es la gestión y los recursos en las Instituciones de Cultura, para poder promover las propuestas de los artistas yucatecos. Pero no hay recursos, y las instituciones que podrían gestionarlos, y unir voluntades, se preocupan más por los colores que deben aparecer en su publicidad, es triste pero cierto.

Como cantautora, en definitiva le gusta más componer, y las mayores satisfacciones a lo largo de su carrera son haber sido candidata y recipiendaria de la Medalla Guty Cárdenas que otorga el Museo de la Canción Yucateca, así como la inclusión de su semblanza en dos libros y en la Enciclopedia Yucatanense, también, el haber sido elegida para coordinar el Primer Diplomado de Trova Yucateca y Música Popular de la Secretaria de Cultura de nuestro Estado.

¿Quién es Angélica Balado con sus propias palabras? Suelta una carcajada y dice: “La compositora de Yucatán” y en su modestia se describe como “Tan sólo una mujer muy orgullosa de sus orígenes y de su cultura, de su carrera universitaria, y satisfecha con la vida que tengo. Muy dichosa de haber podido tener lo que tengo, y totalmente serena y de acuerdo con las cosas que decidí no tener”. Así finaliza “La compositora de Yucatán”, aunque ría al definirse así.

Sus intenciones en un futuro próximo es componer canciones que hablen sobre el respeto a la naturaleza y a los animales.

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