Rafael Mis Cobá
Eufóricos y alucinados los fiesteros de la carne vitoreaban el nombre de Juanita como si fuese la reina perpetua del mundo de los terrenales, cuyos movimientos de cadera y cintura al ritmo de samba volvían turulatos a quienes admiraban su paso sobre un carro alegórico en el malecón de Progreso.
Qué amazonas brasileñas ni que nada, Juanita no tenía comparación porque en realidad era la Afrodita Maya encarnada en la mujer del tío Chupi, cuya belleza y sensualidad quedaban fuera del alcance de cualquier mortal común.
Por fin el travieso sobrino pudo hacer realidad sus obsesiones y sus sueños, al lograr que su amada y “t’int’inkí” pariente hiciera a un lado su justán y su hipil para ponerse un diminuto traje de dos piezas adornados con chaquiras, lentejuelas y flecos, luciendo además dos enormes alas multicolores de mariposa confeccionadas con plumas de gallina jabada y pavo de monte.
La propia Maribel Guardia, protagonista ayer del carnaval del Monte en Xmatkuil, hubiera lucido flacucha al lado del portento de mujer maya nacida en Chikindzonot, así como también la misma Shaquira quedaría en ridículo si se diera un entre con la tía para ver quién menea mejor la colita.
La morena y exuberante Eva del Mayab, convertida en Reina eterna del carnaval del pueblo, embrujaba también a su paso a todos sus seguidores con su exquisito aroma a flores de “xc’anlol” que le brotaba de manera natural en cada poro de su aterciopelada piel.
¿Qué importa si la ensartada del reemplacamiento de vehículos comenzará el próximo lunes?, si enfrente estaba la mujer más linda de la Vía Láctea.
¿Qué más da si el predial lo aumentó Renán hasta en más del 400%?, si bastaba con escuchar el jadeo de Juanita a su paso por el malecón.
¿Quién pensaba ayer en reclamarle a Lorenzo Córdova su voracidad e inmoralidad de aferrarse a no bajarse el sueldo y seguir cobrando sus 300 mil pesos al mes?, si con una sonrisa de Juanita todo era felicidad.
¿A quién le importa que Donald Trump insista en construir su muro en la frontera con México?, si Juanita lanzó una mirada coqueta.
¿Acaso a alguien le interesaba ayer pedirle a Mau y a Renán que ya no viajen tanto al extranjero, o al menos no con dinero público?, si Juanita lanzó besos volados a diestra y siniestra.
¿Alguien estaba preocupado ayer por exigir a Genaro García y a Emilio Lozoya que devuelvan las millonarias cantidades de dinero público que se robaron?, si la sonrisa de Juanita contagiaba hasta el alma.
¿A quién le interesaba saber si el góber ya tiró sus muletas y comenzó desde ayer a correr?, si la Diosa Maya saludaba desde lejos con natural coquetería.
¿Qué importaba si AMLO acabó con los puentes y los comerciantes se quejan porque les afectará sus negocios?
¿Qué importa si se hará el túnel para el Tren Maya o no se podrá porque el suelo yucateco es de puras piedras?
¿Qué importa si Vicente Fox ya no tuitea y se mantiene escondido porque le investigan sus chanchullos y bistecazos que hizo utilizando como pretexto su Fundación?
¿A quién le importa que Felipe Calderón anduviera ayer bien pedo festejando el martes de carnaval?
¿A quién le importa que Renán Barrera se haya trasladado al carnaval de Xmatkuil en autobús?
(Hombre precavido, porque así evita que lo atoren en Periférico por el alcoholímetro, como le sucedió hace dos años en una madrugada después de una noche loca).
Todo, todo se olvidó ayer.
Lo único que importaba era disfrutar del meneo de Juanita, de que cada nota de batucada y de samba era un perfecto movimiento de su cuerpo…Hasta el sudor que le escurría por su cuello y por su xic’ resultaba excitante.
¡Juanita!, ¡Juanita!, Juanita, gritaba extasiado el sobrinín en primera fila.
Sin embargo, poco le duró el gusto al cabeza de “lec” porque un soberbio y secó “uasc’op” le propinó la tía Juanita para despertarlo de otro de sus cochinos y húmedos sueños que acostumbra tener cada martes de carnaval.