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'Si no trabajo no comen mis hijos ni tampoco yo”

Aunque muchas mujeres en Mérida se sumaron ayer al movimiento “Un día sin nosotras” y no acudieron a sus centros laborales, muchísimas más sí lo hicieron, por necesidad o porque no les dieron permisos por sus patronos.

Por ejemplo, sí laboraron las que realizan tareas específicas en temas de seguridad y la atención a la salud, así como meseras de bares y trabajadoras sexuales, que no tienen ningún tipo de prestación social.

En las oficinas municipales, gran parte de las tres mil mujeres que laboran en las diversas dependencias aprovecharon el permiso que se les otorgó para no asistir a sus labores y no propiamente como apoyo al movimiento nacional, sino para aprovechar el preciado tiempo y atender asuntos pendientes en sus hogares.

En un recorrido por las oficinas del Ayuntamiento se observó la inasistencia del personal femenil en los Departamentos de Comunicación Social, Atención Ciudadana, Cobro del Predial, entre otros.

Las regidoras

De igual forma, las tres secretarias que atienden el área de las oficinas de regidores no trabajaron, aunque en todos los departamentos la tarea que desempeñaban las mujeres fue cubierta por varones.

Hasta pasado el mediodía, las regidoras de los diferentes partidos políticos representados en el Ayuntamiento no habían acudido a sus cubículos, aunque tampoco lo habían hecho sus compañeros de bancada.

Por otra parte, en las dependencias estatales y federales donde los servicios son muy específicos, como en temas de seguridad, impartición de justicia y atención a la salud, las mujeres sí trabajaron de manera normal.

“Si no trabajo no como”

El reportero recorrió también el corredor de la calle 58 hasta la 67 y 73, donde trabajan las sexoservidoras y observó que tampoco se sumaron al movimiento “Un día sin nosotras” y no porque no quisieran apoyar esa lucha, sino por extrema necesidad económica.

–Si no trabajo no comen mis hijos ni tampoco yo, comentó una de las damas que “venden amor” cuando el reportero preguntó si estaban en desacuerdo con el movimiento femenil.

Asimismo, en ese mismo sector y alrededores donde funcionan más de una docena de bares y cantinas se constató que las mujeres, sean meseras o cocineras, también acudieron a laborar en horario normal.

(Rafael Mis Cobá)

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