El auge henequenero de finales del siglo XIX atrajo a ciudadanos franceses, italianos y alemanes que llegaron a Yucatán a contribuir con el desarrollo económico y cultural, dijo ayer el maestro Ariel Avilés Marín durante la conferencia que dictó en el salón de actos de la Escuela Modelo.
El ponente se dirigió a alumnos de quinto y sexto grado de primaria, que escucharon atentos el relato de esas migraciones. Los franceses e italianos que llegaron a Yucatán lo hicieron con toda clase de privilegios porque eran arquitectos y su misión era enriquecer la imagen de las casas de los hacendados.
Con la Guerra de Castas se desatan cosas importantes de la historia del estado; en ese tiempo Yucatán era una provincia pobre y su arquitectura era muy sencilla y austera en comparación con las de los estados del centro del país; cuando comienza el auge henequenero, comienza a llegar una lluvia de dólares al estado debido a que en los Estados Unidos utilizaban una máquina conocida como “Trilladora” que era utilizada en los campos para cortar y amarrar los rollos de espigas del trigo.
Al haber tanto dinero los hacendados se vieron con una riqueza que nunca habían tenido y es justo en ese momento cuando coincide con la época del Porfiriato y el auge de convertir las ciudades semejantes a las capitales europeas. Es por esta razón que las grandes casonas de paseo Montejo y del centro de la ciudad tienen diseños afrancesados, eclécticos y neoclásicos.
Caso contrario pasó con los inmigrantes alemanes, que fueron traídos de manera masiva con contratos engañosos para construir las primeras vías férreas y al llegar al estado los esclavizaron.
En la actualidad hay asentamientos de estos migrantes que se encuentran en dos puntos significativos en el municipio de Tekax, al sur del estado, y en Kanasín, que dio el apodo a los “los cheles de Kanasín” que son descendientes directos de los alemanes.
Entre las aportaciones de los alemanes están los embutidos, en Yucatán no los conocían y poco a poco se fue integrando a su consumo; también establecieron negocios importantes en el área de la ferretería y en las instalaciones de energía eléctrica e incluso en la actualidad la antigua planta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se encuentra una placa de la empresa que comenzó a dar el servicio.
Las migraciones a lo largo de la historia han dejado y siguen dejando huella en nuestra cultura; ya no somos nosotros y los otros sino somos todos yucatecos, concluyó.
Con información de Melly Manzanero
Por Redacción Por Esto!