Después de varios años de lucha y tres clausuras que no fueron respetadas, la última el jueves por la noche, vecinos del fraccionamiento Vista Alegre decidieron interponer una denuncia en contra del propietario de la Gasolinera G500 por desacato ante el Juzgado Quinto, informó ayer su representante Carlos de Pavía Lechuga.
El entrevistado explicó que el problema comenzó hace cinco años con la construcción de la gasolinera propiedad de Mario Medina Peniche, la cual se edificó en un una zona habitacional, en clara violación del Plan de Desarrollo Municipal; la autoridad municipal le negó la autorización de la licencia de uso de suelo o el cambio de uso de suelo, pero en cuestión de días iniciaron los trabajos.
Recordó que la obra se realizó de manera acelerada y para que los vecinos no intervinieran se construyó un muro, por lo que se solicitó un amparo, que fue resuelto a favor de la comunidad; se clausuró por primera vez, pero los trabajos no fueron suspendidos y se volvió a clausurar ese mismo día pero de nuevo los sellos fueron violados.
El jueves a las 9:15 horas, una inspectora de la comuna, acompañada de una fedataria, acudió a clausurar por tercera ocasión la estación y colocaron los sellos respectivos; cinco minutos después, los empleados de la gasolinera agredieron a las autoridades.
Previa a la clausura los vecinos se reunieron en el parque de Jardines de Mérida, donde estaba el alcalde Renán Barrera Concha, quien dijo que los iba a recibir en su oficina, pero fue el Oficial Mayor quien los atendió y les informó que la Comuna sigue un proceso jurídico y que no va a estar quitando y poniendo sellos e inclusive se había hecho el proceso con el juez para pedir el desacato.
Riesgo para la salud
Señaló que los vecinos quieren que la gasolinera sea clausurada porque, además del riesgo que corren al estar ubicados a unos 15 metros de sus casas, su funcionamiento representa un serio peligro para la salud, al estar respirando el olor a gasolina, tanto que al pasar por la estación se puede ver cómo emanan los gases de los tanques ubicados en la parte posterior de sus domicilios, sobre todo cuando se realizan las operaciones de descarga de combustibles.
Reiteró que la gasolinera se construyó en un lote ubicado en la calle 6b 270, pero para poder construir la estación sus propietarios hicieron trampa al decir que ese lote colindaba con otro ubicado en la esquina de Vasconcelos y la calle 17, pero que en realidad es el mismo terreno.
Lo más increíble es que la autoridad municipal haya autorizado la construcción de la estación en un fraccionamiento residencial y en un lote registrado en el catastro y ubicado en la calle 62 por 71.
Lamentablemente han pasado los años y la fecha la estación sigue funcionando, “a pesar de nuestros esfuerzos por pedir que su clausura porque que colinda con un centro comercial, donde hay restaurantes y tanques de gas y las 80 viviendas que integran esa zona habitacional”.
Finalmente dijo que ahora sólo resta esperar a que las autoridades emitan un fallo en contra del propietario de la mencionada estación por desacato.
Con información de Víctor Lara
Por Redacción Por Esto!