En las misas de la parroquia de Cristo Resucitado se oró por las personas muertas por coronavirus Covid-19 en el mundo, por las que sufren esta enfermedad y también por quienes las asisten.
Ante una iglesia semivacía, el presbítero Antonio Escalante Pantoja exhortó a los fieles que acudieron a misa de doce del día a no caer ni contribuir a la desinformación que ha comenzado a crear angustia en la población por esta enfermedad y también les pidió no incurrir en compras de pánico.
–Seguramente muchos de ustedes pensaron dos veces antes de venir a misa hoy, y no les culpo; la poca asistencia es consecuencia de la información no validada que se difunde en las redes sociales. No viralicemos contenidos sin siquiera leerlos. Hagamos un uso responsable de las redes, dijo.
Señaló que las compras de pánico son un ejemplo de falta de solidaridad cristiana, pues, además de evidenciar un patente egoísmo, quienes las llevan a cabo pueden crear desabasto artificial en perjuicio de las personas que menos tienen.
Apuntó que no hay que minimizar la situación que enfrenta el país y Yucatán en particular, pero tampoco exagerarla. Lo sensato, añadió, es adoptar las medidas de prevención dictadas por las autoridades, como lavarse las manos frecuentemente con jabón o gel antibacterial, cubrirse la boca al estornudar y/o toser, mantener una sana distancia y no saludarse de mano o de beso mientras durante la emergencia.
Enfatizó que la cuarentena dispuestas por las autoridades no es para pasearse por playas, centros comerciales u otros sitios concurridos, como si fueran vacaciones, sino para evitar reuniones masivas de personas.
El padre Escalante Pantoja dijo que, salvo que las autoridades de salud y eclesiásticas dispongan lo contrario, todas las actividades programadas en la iglesia se llevarán a cabo como de costumbre, desde luego extremando las precauciones pues nunca se pondrá en riesgo la salud de los fieles.
La marcada ausencia de feligreses en Cristo Resucitado ayer contrastó con una concentración masiva a pocos metros del lugar, en el Centro Deportivo Cumbres, de los Legionarios de Cristo, donde se llevaron a cabo varios partidos de futbol y hubo venta de comida y bebida.
Finalmente, en los supermercados del norte de Mérida hubo largas filas de gente que se abastecía de artículos no perecederos, en especial de papel sanitario, toallas de papel y servilletas. En promedio, los consumidores tardaban un promedio de una hora para pagar en las cajas.
En los anaqueles no había cloro ni geles antibacteriales, que se agotaron desde hace varios días por la presencia del coronavirus.
Por Redacción POR ESTO!