Para seguir las instrucciones de las autoridades con motivo del coronavirus, en el comedor de Hogares Maná, A.C., de la colonia Emiliano Zapata Sur I, en vez de darles a los y las menores su comida hecha, les entregaron una despensa para llevar a sus casas.
Entrevistado en ese lugar que fundó hace 18 años, el sociólogo y máster en terapia familiar Víctor Chan Martín relató que antes este comedor trabajaba de lunes a viernes, pero por dificultades económicas desde hace un año empezó a dar los alimentos nada más los sábados.
–Sin embargo, la meta es regresar a dar la comida diariamente de lunes a sábado, porque realmente la necesitan los menores, dijo.
Recordó que iniciaron el comedor con 5 niños y niñas en la terracita de la casa de una vecina de la colonia; luego estuvieron en otra casita del mismo rumbo, y un tiempo después le pidieron permiso a la dueña de un terreno para establecer allá el comedor. El tiempo pasó hasta que Dios permitió que compraran el terreno y más tarde, con el apoyo económico de una familia altruista que vio las malas condiciones en que estaba el comedor, pudieran construir el edificio hace 7 años.
Agrega Víctor:
–Aquí no solamente se trata de apoyar en la alimentación de los niños y las niñas, sino también de formar con valores. Otras cosas que hacemos es gestionar cirugías, medicamentos, lentes, apoyos funerarios. Por ejemplo hoy, además de su despensa les estamos dando una botellita con limpia pisos. El reto es que a través de todos los servicios podamos contribuir a mejorar su calidad de vida, porque mejorando eso se mejoran otros aspectos; por ejemplo, se tienen relaciones sanas, no entran las adicciones en la familia, hay relaciones sanas entre padres e hijos, se logra el mejoramiento del entorno familiar, y al lograr eso, se mejora el tejido social.
Esto es importante –explica nuestro entrevistado– porque si tenemos familias sanas tenemos un tejido social sano y problemas como las pandillas juveniles, el alcoholismo, el suicidio, se alejan del horizonte de las familias.
El coronavirus
–Víctor, ¿qué movió a Maná a abrir este comedor, cuál es la motivación profunda?
–Es que nosotros pensamos: ¿De qué sirve decirle a una persona que tiene frío que se abrigue si no le doy la capa? Es el mismo principio básico que nos movió a abrir el comedor: apoyar en los hechos. Por eso hoy, ante esta contingencia del coronavirus y respetando lo que piden las autoridades de evitar que se junte mucha gente, apoyamos suspendiendo el servicio del comedor y entregando los comestibles y líquido para limpiar pisos para que lleven a sus casas los niños y las niñas, y poniendo en la puerta mensajes breves sobre la higiene que se debe tener para no contagiarse con la epidemia.
–¿A cuántos menores les dan de comer normalmente?
–Aquí vienen los sábados 40 niñas y niños, de 1 a 12 años.
–Entonces hicieron 40 despensas…
–No, solamente nos alcanzó para hacer 30.
–¿De dónde obtienen los alimentos que reparten?
–Esta vez nos apoyó el Colegio Americano, y dejamos una parte para el stock del comedor y lo demás lo repartimos.
–¿Algún mensaje para nuestros lectores?
–Sí, que este no es el momento de caer en la histeria de quienes compran para acumular, sino de ser solidarios y de practicar el amor cristiano con nuestros semejantes.
(Roberto López Méndez)