PROGRESO, Yucatán, 20 de marzo.- Debido al temor de ser posibles víctimas de contagio por el Coronavirus, la población ya no abre sus casas y no dan información y por eso los encuestadores del INEGI realizaron un paro de labores.
Después de algunas horas en reunión a puertas cerradas en la Escuela “Juan Crisóstomo Cano y Cano” se decidió realizar paro de labores hasta que pase la contingencia sanitaria
Por lo que los jefes y líderes del INEGI, después de una reunión áspera y agria se decidió aceptar este paro de labores, conservando su sueldo, pero se les descontó un apoyo de campo, que les servía para sus gastos diarios durante su jornada laboral de 14 horas.
El detonante de este paro laboral sucedió ayer a una encuestadora en Komchén, donde al momento de tocar la puerta y al decir que quería entrar al predio, el ama de casa dijo que estaban en cuarentena porque había llegado un familiar del extranjero.
La encuestadora se llevó el susto de su vida y al dar a conocer este caso a sus jefes, estos se negaron apoyarla dándole de baja y quedó aislada con toda su familia. Esto es lo que no quieren los demás.
Al enterarse de esta noticia los encuestadores se negaron este viernes a salir a las calles a realizar el censo que lleva a cabo el INEGI, al carecer de los implementos necesarios para protegerse del Coronavirus.
Esto fue alrededor de las 9:00 horas en la Escuela “Juan Crisóstomo Cano y Cano” ubicada en la colonia Francisco I. Madero.
Culparon a sus superiores a quienes acusaron de que “quieren que sigamos saliendo y si nos negamos nos descontarán el sueldo, pero no nos dan cubre-bocas, guantes y gel antibacterial”
Al ver que la situación se empezó a poner complicada, los medios de comunicación se acercaban a preguntar, se dio 200 pesos a cada encuestador, para que compren gel antibacterial y cubre bocas, pero la pregunta fue en donde, ya que en el puerto todo estaba agotado desde hace días.
(Alfredo Canto May)