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Yucatán

Costumbres, moda y contingencia

Roger Aguilar Cachón

Lo que no se puede negar a estas alturas es que nuestra vida ha cambiado, todo nuestro entorno, nuestra forma de ver la vida, nuestras costumbres y aún la forma de vestirnos ya ha sufrido alguna modificación. Si bien es cierto con el paso de los años y con la modernidad pisando nuestros talones, habíamos resentido un poco nuestra forma de ser, pero esto se había presentado de manera gradual y no impuesta como ahora ha ocurrido.

Nosotros los yucatecos, como los michoacanos, campechanos, veracruzanos y demás compatriotas somos testigos de una nueva manera de ver la vida. Una manera novedosa e impuesta por la contingencia de hoy día, cosa que no pasó a esta escala cuando tuvimos la llegada en 2009 del virus AH1N1 (Influenza). La cosa es seria en verdad, pero sumando esfuerzos podremos frenar a este nuevo virus que quiere ser yucateco, el Covid-19.

Una de las cosas a las que no estaba acostumbrado el yucateco en gran medida, es al lavado de manos, no quiere decir que no lo hiciera, sino que ahora es algo muy puntual y no sólo para antes de comer o después de ir al baño, sino cuando se llega de la calle es necesario platicar esta ablución, cuando menos de 20 a 30 segundos, con mucha espuma para que se muera el bicho (virus). Ya la limpieza o lavado de mano se quedará como una costumbre al igual que en su momento se quedó entre nosotros la portación y uso del gel antibacterial.

Una de las costumbres que dejarán de practicar nuestros paisanos es la de acudir, como lo hicieron durante mucho tiempo, a las actividades que la ciudad realizaba de manera cotidiana, entre otras el acudir a la Serenata Yucateca de los jueves en el parque de Santa Lucía, así como a pasear en Mérida en Domingo, en su lugar permanecerán en sus hogares conviviendo con sus familiares como nunca lo habían hecho. Los paseos por las mañanas y por la tarde de las personas de la tercera edad que acudían a la plaza grande a pasar el rato y platicar, se volverán a encontrar con sus antiguas costumbres cuando se quedaban en sus casas. Tiempos de crisis, nuevos hábitos.

Otra de las costumbres arraigadas entre los yucatecos y meridanos y que ahora tienen que acudir a lugares cercanos a sus casas para poder surtir sus despensas o bien comprar algunos de los ingredientes para su comida es la ida al Mercado Grande. Pero hay que destacar que no sólo las personas iban a comprar lo que se requería en el hogar, sino también a dar la vuelta y adquirir otros productos, algunos necesarios y otros no.

Los yucatecos habían adoptado una costumbre gastronómica muy peculiar, aunque el producto se puede encontrar en otros sitios, pero la mayoría de los nuestros ya habían tomado como costumbre el acudir al Parque de las Américas, pero no para contemplar las obras arquitectónicas que en ella se encuentran y menos para acudir a la Biblioteca del sitio, sino para hacer una larga cola -que en ocasiones podría uno demorar hasta más de media hora- para adquirir los famosos y sabrosos esquites que en ese sitio se venden, con la posibilidad de ponerles encima toda una gama de ingredientes, haciendo del puesto en marras uno de los más solicitados. Cabe mencionar que en una temporada normal en nuestra ciudad, alrededor del parque se instalan una buena cantidad de estos puestos.

La añeja costumbre que tenían las personas mayores de salir a la calle, a la puerta de sus casas a platicar que durante mucho tiempo era algo común, va cayendo en la extinción, sino que ahora con estas nuevas medidas sanitarias seguramente se dejará de hacer por un buen tiempo. No importaba el humo ni el polvo que dejaban a su paso los camiones, lo importante era estar afuera para aprovechar el fresco de la tarde o de la noche.

Una nueva oda surge como consecuencia de esta contingencia, la manera de saludar, aquella costumbre muy ahuachada de saludarse de beso ha caído en desuso en estos tiempos de crisis sanitaria, es más, ya ni de mano se puede hacer. Entonces surge una nueva manera de saludar, tipo militar, con la mano alzada, al estilo apache (algunas personas además emiten el sonido “haw”) , con los codos, con el puño cerrado –aunque creo que esto no es muy seguro o recomendable-, en lo particular, el de la letra no estaba acostumbrado al beso de mejilla, no es de mi época, confirma. También está la opción del abrazo que uno se da pero que está dirigido a su interlocutor con la mirada, se puede dar un beso y arrojárselo a la persona que quiere saludar, poco a poco surgirán nuevas formas de saludar, mientras pasa este tiempo de prevención.

Una de las modas que surge desde hace algunos años con los jóvenes y después lo pudimos ver cuando algún compañero estaba enfermo, era el uso de cubre-bocas o barbillos. Se veía raro que un maestro llegara a la escuela con este adminículo encima de su cara, tapando nariz y boca, pero con el tiempo se nos hizo normal verlos. Los jóvenes compraban sus tapabocas con un material más grueso pero con dibujos de alguna boca, o bien nariz de perro o una lengua por fuera. Hoy día el uso de este trapo (tapa bocas) es como moda, todo el mundo lo usa, incluso cuando está solo con sus ventanas abiertas manejando su coche. Las autoridades sanitarias mencionan que su uso debe estar restringido solamente a las personas que tengan alguna afección de tipo respiratoria, no se usa como preventivo de algo. Ahora que están escasos, se pueden comprar por medio de Internet de variados modelos, estilos y colores, ya con el precio que incluye envío. Pero ya saben mis caros y caras lectoras cómo son los mexicanos y yucatecos, si hay que usarlo, pues se usa.

Algunas personas, un poco más allá de lo normal, se les ha podido ver en las calles y supermercados de la ciudad usando guantes de látex de color, en el mayor de los casos azules. No sé si estas personas enguantadas pensarán que es necesaria la utilización de guantes para salir a comprar, ya que toda fruta y verdura debe de ser lavada antes de consumirse. Pero, moda, es moda. El de la tinta no duda que se use en el futuro de manera general botas de quirófano para salir a la calle y llegando a la casa se las quiten, por eso de evitar que la contaminación entre al hogar. Y dicho a toro pasado, Hugo, el hijo del de la letra comentó, más bien, recomendó que es necesario hacer una combinación de cloro con agua, ponerlo en una botella con aspersor y apenas se llegue a la casa y antes de entrar, se limpie la suela de los zapatos y si se puede todo en general para quitar las impurezas y poder entrar sin llevar contaminantes en sus zapatos.

Estas son algunas de las costumbres que se están adaptando a estos tiempos y la moda adopta los nuevos elementos, mas no como signo de elegancia, sino como forma de prevención que muchas personas utilizan, y ustedes, caros y caras lectoras, ¿ya se han adaptado a las nuevas costumbres y la moda vigente?

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