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Yucatán

Cabalgan… los Jinetes del Apocalipsis

Ariel Juárez García

Hoy día, se ve con toda claridad el cabalgar de los Jinetes del Apocalipsis. La guerra global, la escasez de alimentos, las epidemias y la muerte –a un grado extremo–, son ahora los sucesos que de forma terrible está experimentando toda la humanidad. La exactitud con la cual los acontecimientos de los últimos cien años encajan en las profecías bíblicas de veras lo hace a uno pensar.

La expresión “Jinetes del Apocalipsis” se ha tomado del libro de la Biblia. A finales del primer siglo de la Era Común, el apóstol Juan –probablemente el último apóstol vivo–, escritor del libro del Apocalipsis, se hallaba en una difícil situación, exiliado, y en prisión por predicar la Palabra de Dios y dar testimonio de Jesucristo. (Ver Revelación o Apocalipsis 1:1, 9.) Antes de morir dejó este registro.

El capítulo 6 del libro del Apocalipsis, en los versículos 1 al 17, da a conocer que el Cordero de Dios abre seis de los sellos de un rollo. Cuando abre el primer sello, un jinete que cabalga sobre un caballo blanco recibe una corona y sale venciendo para completar su victoria. Según se abren los siguientes tres sellos, aparecen otros tres jinetes, que traen a la humanidad guerra, hambre y muerte.

Considere cómo el registro bíblico describe a estos jinetes (Ver Apocalipsis capítulo 6: 2 al 8):

“Y vi, y, ¡miren! un caballo blanco, y el que iba sentado sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió venciendo y para completar su victoria.

“Y cuando abrió el segundo sello, oí a la segunda criatura viviente decir: ‘¡Ven!’ Y salió otro, un caballo de color de fuego, y al que iba sentado sobre él se le concedió quitar de la tierra la paz para que se mataran atrozmente los unos a los otros, y le fue dada una gran espada.

“Y cuando abrió el tercer sello, oí a la tercera criatura viviente decir: ‘¡Ven!’ Y vi, y, ¡miren! un caballo negro, y el que iba sentado sobre él tenía en su mano una balanza. Y oí una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: ‘Un litro de trigo por el salario de un día, y tres litros de cebada por el salario de un día; y no dañes el aceite de oliva ni el vino.’

“Y cuando abrió el cuarto sello, oí la voz de la cuarta criatura viviente decir: ‘¡Ven!’ Y vi, y, ¡miren! un caballo pálido, y el que iba sentado sobre él tenía el nombre Muerte. Y el Hades venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra.” –New World Translation, edición de 1950.

En este registro bíblico, se muestra que el jinete inicial está sentado en un “caballo blanco” y que tiene un arco y una corona, expresiones que indicarían que es tanto guerrero como rey. Se ve que ésta es una referencia al Señor Jesucristo al compararla con Apocalipsis 19:12, 13. Como dice el registro bíblico, que el que está sentado sobre el caballo blanco ‘sale venciendo y para completar su victoria’ indica que él, como rey activo, removería a sus enemigos.

El capítulo 12 del Apocalipsis habla del tiempo en que Jesucristo “¡viene a su gobierno legítimo!” (Ver Apocalipsis 12:10, New English Bible) Hay guerra en el cielo, y Satanás el Diablo, el principal enemigo de todos los que aman la justicia, es arrojado a la vecindad de la Tierra. Con ese acto, Cristo ‘sale venciendo.’ Sin embargo, estos acontecimientos sucedieron en el cielo, invisiblemente. Después que el Diablo es echado del cielo, el relato nos dice que habría “ay de la tierra… porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera.” –Apocalipsis 12:7-12.

Desde que fue confinado a la Tierra, Satanás ha estado furioso porque tiene los días contados. De hecho, falta poco para que Dios lleve a cabo lo que se propone contra Satanás aquí en la Tierra (Ver Mateo 6:10). Ahora, hay que ver cómo los otros tres jinetes permiten confirmar que, en efecto, se vive ya en los problemáticos “últimos días”, bíblicamente predichos. A diferencia del primer jinete, que claramente representa a un individuo, estos tres representan condiciones mundiales que han plagado a la humanidad.

Al segundo jinete se le describe sentado en un “caballo de color de fuego” y quitando “de la tierra la paz para que se mataran atrozmente los unos a los otros; y le fue dada una gran espada.” ¿Qué representa esto? ¡Guerra! The Living Bible dice que este jinete estaba autorizado para “ahuyentar la paz y traer anarquía a la tierra; guerra y asesinato estallaron en todas partes.”

En los últimos cien años se han protagonizado las más cruentas guerras de nuestra historia. En la historia moderna de la humanidad se conocen dos «Guerras Mundiales». La Primera Guerra Mundial (1914-1918), también conocida como ‘la Gran Guerra’ en la que más de nueve millones de combatientes perdieron la vida, presenta una cifra extraordinariamente elevada. La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. Este fue el más mortífero en la historia de la humanidad, con un resultado final de entre 50 y 70 millones de víctimas. Cien años después de la que fue calificada como la Gran Guerra, han sucedido otras guerras en el mundo que, aunque no sumen casi 10 millones de muertos, sí prueban que la paz tan ansiada no es siquiera una posibilidad cercana.

El tercer jinete hace su aparición: “Vi, y, ¡miren!, un caballo negro; y el que iba sentado sobre él tenía en su mano una balanza. Y oí una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: ‘Un litro de trigo por un denario, y tres litros de cebada por un denario; y no dañes el aceite de oliva ni el vino’” (Ver Apocalipsis 6:5, 6).

Este jinete simboliza el hambre. El informe de la ONU que se presentó en septiembre de 2018 destaca que el número de hambrientos continúa creciendo por tercer año consecutivo. Aproximadamente, una de cada nueve personas en el mundo padeció hambre el año 2017. Es decir unos 821 millones, 6 millones más que las registradas en el anterior informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo que se presentó en Roma en el 2018. Además, la situación está empeorando en la mayoría de las subregiones de Africa, se está ralentizando “considerablemente” en Asia y está empeorando en América del Sur.

El cuarto jinete hace su aparición: “Vi y ¡miren!, un caballo pálido; y el que iba sentado sobre él tenía el nombre Muerte. Y el Hades venía siguiéndolo de cerca. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con una espada larga y con escasez de alimento y con plaga mortífera y por las bestias salvajes de la tierra” (Ver Apocalipsis 6:8).

Este jinete representa la muerte por epidemias y otras causas. Desde la plaga de Atenas en el año 430 a. C, hasta el Covid-19 en el siglo XXI, más de 20 pandemias han puesto en riesgo la supervivencia humana. Recientemente, el VIH/Sida, pandemia que se descubrió en Estados Unidos en 1981, mediante un virus de transmisión sexual VIH/Sida ha matado entre 25 y 35 millones de personas. En el siglo XXI, el SARS en el sudeste asiático, el ébola en Africa, el MERS en Medio Oriente y la gripa AH1N1 en todo el mundo, han sido epidemias y pandemias que han puesto en jaque a la comunidad científica internacional.

La más reciente pandemia en la historia, por la que millones de personas estan atravesando, es el nuevo coronavirus Covid-19 que se originó en la ciudad china de Wuhan y que actualmente está presente en los cinco continentes. En este año 2020, hay gran incertidumbre ante el alcance y el impacto del Covid-19 en el mundo.

El resultado es el mismo: ya sea por las guerras, el hambre o las epidemias, la gente muere. El implacable Hades –la tumba de la humanidad–, sigue acumulando víctimas, sin darles ninguna esperanza.

De acuerdo con la Biblia, estos problemas pronto acabarán. No hay que olvidar que Jesucristo “salió venciendo” –señala el registro bíblico–, y expulsó a Satanás del cielo, pero ahí no completó su victoria (Ver Apocalipsis 6:2; y 12:9, 12). Muy pronto, de acuerdo con las profecías de la Biblia, en la guerra que se avecina, conocida como la guerra de Armagedón, Jesús hará que Satanás no pueda ejercer más influencia en la Tierra y eliminará selectivamente a los humanos que apoyan al Diablo (Ver Apocalipsis 20:1-3). Jesús no sólo acabará con el cabalgar de los otros tres jinetes, sino que reparará los daños que han causado. ¿Cómo lo hará? La Biblia promete:

* En vez de la guerra, reinará la paz. Jehová “hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza” (Ver Salmo 46:9). Las personas pacíficas “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Ver Salmo 37:11).

* En vez de hambre, habrá alimentos para todos. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia” (Ver Salmo 72:16).

* En vez de epidemias y muerte, todo el mundo tendrá salud perfecta y vida eterna. Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (Ver Apocalipsis 21:4).

Cuando Jesús estuvo en la Tierra, ofreció un reconfortante anticipo de cómo será la vida bajo su futuro gobierno, ya cercano. Fomentó la paz, alimentó milagrosamente a miles de personas, curó a los enfermos y hasta resucitó a muertos (Ver evangelio de Mateo 12:15; 14:19-21; y 26:52; evangelio de Juan 11:43, 44). La esperanza de ver que los problemas acaben pronto,... si se cumplen las promesas divinas… será de gran alivio para la humanidad que está sufriendo.

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