Roldán Peniche Barrera
En la época anterior a la introducción de la televisión (alrededor de 1963) en Yucatán, la gente se conformaba con escuchar radio y algunos de los oyentes se levantaban de sus asientos para bailar los ritmos de moda (recordamos el swing, el charleston, la guaracha, la conga, el chachachá y el mambo, que hizo gran ruido en el mundo y lanzó a Prado (su autor, si bien se dice que otro cubano ya lo había inventado años atrás; vaya, esta tarea de descubrir quién lo inventó se la dejamos a los viejos fans).
La gente mayor se andaba en chancleta y pijama (payamas decíamos en Mérida) y se unía al bailongo, entre ellos el profesor Leojemar, el profesor López, el Abog. Patrón y otros viejos seres de la antigua raza.
Bailes en la ciudad
Los de moda se celebraban en el Bancario y para los apotalados el antiguo Country Club (hoy Campestre). ¿Y los pobres? Pues en la Unión, el Paz y Unión, y para los más pobres La Pastilla ¡Ay Señor! Al llegar la TV los bailes permanecieron, lo mismo que la radio, que van viento en popa.
Ejemplo:
-¡Oye, Leojemar, ¿No vas al Brownie’s?
-¿Qué demonios es eso?
-Hombe, un club de baile, profesor…
-No, Pito, ta muy caro… mejor me voy al Paz y Unión…
-Pos allá tú… ¡pero cuida tu billetera…!
-¿Qué billetera…?