Decenas de familias que venden dulces hechos a base de coco atraviesan un mal momento porque no hay clientes que demanden sus productos.
Al menos 50 familias de Chelem viven de la comercialización de dulces artesanales de coco, como las tradicionales cremitas, cocadas, pasteles, galletas, etc., entre otras delicias. La mayor parte de la materia prima la obtienen de Chuburná Puerto.
María de los Ángeles Tzec, que tiene un pequeño puesto de dulces cerca de la gasolinera que se ubica en la carretera a Yukalpetén, mencionó que a diferencia de años anteriores, esperaban con ansias las vacaciones de Semana Santa y Pascua, pues las ventas se incrementaban significativamente, lo que aprovechaban para juntar recursos y pagar deudas, o bien ahorrar dinero para aguantar hasta las vacaciones de verano.
Sin embargo, desde diciembre y hasta la fecha, las ventas han sido bajas; sobreviven gracias a los pocos propietarios de predios veraniegos que acuden a sus casas los fines de semana, así como a las compras que de vez en cuando hacen ciudadanos norteamericanos y canadienses.
–Sin embargo, ahora hay cero ventas y los pocos dulces que hicimos, ante la falta de demanda por la contingencia sanitaria, se echaron a perder, externó la entrevistada.
En promedio los dulceros en período no vacacional lograban vender entre 100 y 200 pesos al día, en tanto que para las vacaciones las ventas subían hasta a 500 pesos diarios.
Finalmente dijo que el hecho de permanecer en casa implica tener los ventiladores encendidos todo el día, lo mismo que la televisión, lo que se reflejará en un recibo más elevado de la CFE.
(José Manrique)