Síguenos

Última hora

Cierran navegación en Puerto Progreso por los efectos del Frente Frío 24

Yucatán

Aportes de libaneses-yucatecos a favor de los colectivos LGBT

Germán Pasos Tzec

Los inmigrantes libaneses en Yucatán y sus descendientes, que en la actualidad asumen una identidad y conciencia de integración y asimilación bicultural libanesa y yucateca, han contribuido al desarrollo económico, social y cultural del estado, gracias al espíritu emprendedor, el trabajo, valores y virtudes que tienen como legado de los fenicios, sus antiguos ancestros, y que han puesto en práctica ante la adversidad en todos los países a los que llegaron por la gran emigración sirio-libanesa desde finales del siglo XIX y hasta después de 1943, año en que se declara la Independencia de Líbano.

En el contexto de la celebración del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Lesbofobia, quisiera destacar el trabajo y las acciones que muchos descendientes de los inmigrantes libaneses han llevado a cabo en la historia reciente de la ciudad de Mérida, en apoyo y a favor de los colectivos lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual y transgénero (LGBTTT) de la localidad.

Me voy a referir al trabajo de mujeres y hombres que han tenido una visión más amplia de la vida en sociedad, los que han superado prejuicios y tabúes, y han ofrecido espacios incluyentes sin restricciones moralistas. Por tanto subrayo que no me voy a referir a la orientación sexual de ninguna de las personas mencionadas, no es el sentido de este texto, sino con todo respeto, ofrecer un reconocimiento y un homenaje a los libaneses-yucatecos que han ayudado en la lucha por la eliminación de la homofobia en Yucatán.

Somos testigos de los mensajes, experiencias y testimonios de los yucatecos-libaneses y de sus representantes en las celebraciones por el Día Mundial del Emigrante Libanés y en el Día de la Independencia de Líbano, en el Club Libanés de Mérida, cuando se entregan los Premios Cedros a las mujeres y hombres destacados en las artes, empresas, ciencia y deportes.

En estas celebraciones se da a conocer que los primeros inmigrantes enseñaron sus tradiciones a sus hijos nacidos en Yucatán, y sus hijos a sus descendientes, para que su cultura, valores y tradiciones no se pierdan y se mantengan vivas, en una integración y asimilación armoniosa con la cultura de Yucatán, por lo que los descendientes de los inmigrantes se reconocen a sí mismos como yucatecos-libaneses.

Acerca de tales valores y tradiciones hay mucho en el libro “Lo que debemos recordar del Líbano” (2016) de la antropóloga yucateca-libanesa Teté Cuevas Seba, donde encontramos lo siguiente: “Un pueblo eficiente, capaz de resistir treinta y tres siglos de colonialismo y cuya independencia fue declarada hasta 1943. El humilde inicio de las grandes empresas forjadas por los emigrantes y legadas a sus descendientes en México demuestra que su sana ambición y ancestrales métodos de trabajo son fórmula de éxito aún vigentes” (pág. 55). “No dudamos que hayan existido en el Líbano muchos individuos carentes de iniciativa y creatividad, con mala salud y sumisos, pero éstos no emigraron. El proceso de migración entre dos países tan distantes entre sí, como México y Líbano, funcionó como un filtro que selecciona a la gente por su fortaleza y su inconformidad ante la mediocridad” (pag. 100).

La investigadora social en su estudio, único en México y en toda América Latina, señala, entre las muchas virtudes de los fenicios, que no eran supersticiosos, no creían en los dragones y seres malignos del mar, y fueron grandes navegantes y crearon rutas marítimas para el comercio, que han sorprendido a los historiadores (Ibid). Hasta aquí la referencia bibliográfica.

Creo que por ese legado, y por la tradición oral de padres a hijos, podemos comprender que muchos libaneses-yucatecos han emprendido negocios y enfrentado retos de la misma manera que muchos yucatecos, mujeres y hombres, que han puesto en riesgo su prestigio y reputación impecables, sus niveles profesionales, con el solo propósito de llegar a una sociedad sin prejuicios sexistas, cuestionando la doble moral, para alcanzar una sociedad informada e incluyente, con los mismos derechos para todas y todos.

Empiezo con dos grandes estrellas: María Medina y Astrid Hadad. Ambas han recibido el Premio Cedros que otorga el Club Libanés de Mérida. María Medina se convirtió en un icono gay, aclamada y muy admirada por gays y lesbianas, no sólo de México, sino de toda Latinoamérica, por su interpretación del tema “Me dijeron”. Astrid Hadad, yucateca-chetumaleña, quien difunde la música y cultura mexicana en todo el mundo, fue nombraba reina de la Marcha del Orgullo LGBT de la Ciudad de México en el 2007.

El Sr. Héctor Medina y su esposa Doña Alicia, en los 80, presentaron como show permanente por varios años a los travestis Francis y a las Funny Girls en su establecimiento nocturno “Tropicana”, frente al estadio “Salvador Alvarado”. Aunque Francis nació en Campeche, el centro nocturno de Mérida fue una importante plataforma para llegar a la Ciudad de México, donde alcanzó mucho éxito hasta su fallecimiento en el 2007.

Shubert Farah Martín, fallecido en septiembre del 2011, fue uno de los primeros empresarios en Mérida en ofrecer a mediados de los 80 un lugar digno en el giro de bar-restaurante para la convivencia de personas gays, llamado “Baxa” en el Paseo de Montejo.

Carlos Peña Andere abrió en los 90 el establecimiento llamado “El Portón”, cerca de Santa Ana, sobre la calle 60, conocido como bar gay, y también fue un lugar de reunión y convivencia, varias veces intervenido por la policía.

El señor Oswaldo Farah fue encargado de la Sala de Fiestas Ortiz, quien junto con Fabiola la hija del propietario, Sr. Eduardo Ortiz, obsequiaban pases de cortesía, incluidos a los travestis y transgéneros, para asistir con entrada gratis a los bailes de los sábados y domingos. Se recuerda que en los carnavales de la década de los años 80 los grupos de travestis (hombres vestidos con luminosos y elegantes atuendos femeninos), eran recibidos con dianas por los conjuntos musicales, ante los aplausos y ovaciones del público asistente.

Carlos Carrillo Farjat, ya fallecido, fue el principal socio capitalista de la Disco Gay “Kabukis” en sus primeros años de funcionamiento, que tenía al frente al empresario Miguel Sabido, y que funcionó desde mediados de los 80 y toda la década de los 90, primero en un galerón de Santa Ana frente al Remate de Montejo y después en la Av. Jacinto Canek casi con Periférico. Del escenario de esta disco gay salieron artistas travestis que hasta hoy gozan de mucho éxito. Antes, este empresario libanés había abierto en Cancún el bar gay “Cocodrilos”.

En el centro nocturno “Piña Colada”, de principios de los 90, en la planta alta del restaurante “El Tucho”, sus propietarios Fito y Badí Xacur presentaban a los grupos de show travesti que llegaban de la Ciudad de México, entre éstos Las New Les Femmes y Chaquiras Show.

Mención especial merece José Vinadé Abud, a quien la sociedad meridana conoció como “Pompidú”. Su presencia y participación en los carnavales de Mérida por muchos años fue importantísima. Fue Rey Feo del Carnaval de Mérida, y después Viuda Oficial de Juan Carnaval, además de ser asesor de las fiestas carnestolendas. Organizaba grandes bailes con famosos grupos musicales en el barrio de San Sebastián. Pompidú organizó junto con Pepe Farfán los primeros concursos de belleza travesti “Srita. Yucatán Gay” que datan desde 1974. Algunas personas recuerdan que Pompidú y Farfán lograban evadir a los policías, como en las razzias de la Sala de Fiestas “Silas” en 1977 y en el Hotel Pirámide Inn de Pisté cerca de Chichén Itzá en 1981, pero ellos llegaban al día siguiente a la cárcel pública de Reforma para repartir tortas y refrescos a los detenidos y apoyarlos en las gestiones para ser liberados, aunque por lo general los capturados vestidos de mujeres, debían pagar altas multas por “daños a la moral y las buenas costumbres”.

En esta coyuntura histórica, y no me refiero al coronavirus, sino a la gran oportunidad que tiene Yucatán de alcanzar mayores niveles de apertura, desterrando prejuicios y falsas creencias, al igual que otros estados de México y países del mundo. Los derechos no se suplican, se otorgan por ley, pero parece que se necesita una visibilidad más ampliada de la gran diversidad que conforma la sociedad yucateca para que el Congreso de Yucatán legisle a favor del matrimonio igualitario, y la reasignación de identidad de género, por ejemplo.

No se necesitaría resaltar aportaciones relevantes que demuestren el Yucatán diverso, para darlas a conocer a la sociedad en general, pero hay que insistir y resistir. En una próxima entrega compartiré con usted hechos y anécdotas de personas que llevan a cabo un trabajo sin discriminación hacia los colectivos LGBT, descendientes de libaneses, chinos, coreanos, yaquis y caribeños.

[email protected] . Cronista LGBT

Siguiente noticia

Condonarán derecho de piso a locatarios