Ariel Avilés Marín
Nuestro Estado de Yucatán, es tierra de poetas y compositores, en forma natural el nombre de Yucatán se relaciona con canciones y poesía, las cuales al combinarse dieron origen a la Trova Yucateca, que ha sido y es un emblema de esta nuestra patria chica. La Trova Yucateca aparece en el panorama de la cultura peninsular a fines del S. XIX, y a todo lo largo del S. XX se va desarrollando y evoluciona dando paso a varios géneros musicales que han marcado nuestra tierra. Algunos de estos géneros han cumplido o están muy próximos a cumplir cien años, tal es el caso del bolero que cumplió la centuria hace dos años; el bambuco, por su parte, los está cumpliendo este año. Este movimiento cultural le da a nuestra tierra una personalidad única y entrañable. Los años iniciales del S. XX tuvieron el florecimiento más significativo de este movimiento cultural y, en ese período, surgen las figuras señeras de nuestra canción que le dieron el carácter y personalidad que nos da una imagen ante el mundo. Sin embargo, todo evoluciona, y la canción yucateca no se queda estacionada tan sólo en el bolero, el bambuco o la clave, en el devenir del tiempo otros géneros se van incorporando a este panorama, así van llegando géneros como la balada, o se incorporan algunos de otras latitudes, como el joropo; todo ello sin menoscabo de nuestra trova tradicional.
En diversos momentos de nuestra historia peninsular, agrupaciones de compositores, empresas y hasta instituciones bancarias han tratado de impulsar el cultivo de nuestra canción, y para ello han convocado a certámenes y concursos con resultados muy significativos. Un gran impulsor de estas actividades lo fue Ermilo Padrón López, el inolvidable “Chispas”, autor de la letra de una de nuestras canciones más emblemáticas, “Rayito de Sol”. El incansable Chispas, creó una asociación de la más profunda importancia para la cultura musical de Yucatán, la Sociedad “Ricardo Palmerín”, que con gran dinamismo continúa en la incansable labor de fomentar la canción yucateca, especialmente la trova en este caso. Así, otros grupos y asociaciones han hecho lo propio, cada una en el campo de su interés. A lo largo del S. XX, se ha llevado a cabo un importante número de festivales y concursos, de los que han salido, como producto valioso, canciones que han pasado a ocupar importantes lugares en este panorama, un ejemplo de ello es la canción “Serenata en tu Ventana” de Javier Alayola Duarte, premiada en un concurso nacional de trova.
Me ha tocado atestiguar la realización de algunos certámenes, todos ellos en la segunda mitad del S. XX, que dejaron huella profunda y frutos valiosos en este rico panorama de nuestra canción yucateca. Recordaré en primer término el Concurso de la Canción Yucateca, convocado en 1976 por la empresa paraestatal CORDEMEX, durante la gerencia del Ing. Federico Rioseco. La convocatoria a este certamen reunió un enorme número de autores y obras, así como a los más variados intérpretes. Fue necesario llevar a cabo una larga serie de programas de televisión en los que se fueron efectuando las eliminatorias, pues se registraron cuatrocientas nueve canciones de los más diversos estilos y géneros. Ocuparon el primer lugar, el joropo de Juan Acereto, “Donde Nace el Sol”, y el segundo lugar fue para “Imposibles”, canción de Ermilo Padrón “Chispas”. Destacaron también las obras de Teté Mendoza, Víctor Esquivel, Javier Alayola, Eduardo Paredes, Rubén Estrada, María Eugenia Escobedo, Javier Rosado y Nacho Torres “El Samurái de la Canción”. Las canciones ganadoras fueron inmortalizadas en un disco de 33 RPM, editado por la misma empresa. Este memorable evento fue coordinado por el inmortal compositor Enrique “Coqui” Navarro.
Cuatro años después, en 1980, el Banco del Atlántico incursionó por primera vez en este campo, y convocó al certamen “Así Canta Yucatán”, que aglutinó más de doscientas canciones. En este evento las ganadoras fueron, el primer lugar, “Hoy lo Entiendo”, del inolvidable Jorge Carlos Castro, quien se despachó con la cuchara grande, pues obtuvo también el tercer lugar con “Vaya que te Quiero”; el segundo lugar fue para la canción “Hacia la Eternidad” de Elizabeth Solís. Destacaron también las canciones de Teté Mendoza, Gladys Gamboa, Mario Polanco, Miguel Salomón, María Eugenia Escobedo, Enrique Dáguer y Leticia Herrera. Las canciones ganadoras también quedaron para la posteridad en un disco de larga duración que fue dirigido por Marcos Liftshitz. Los impulsores del concurso fueron dos inolvidables ejecutivos de la institución bancaria, Don Armando Cárdenas, quien fue hermano de Guty Cárdenas, y Don Sergio Rosado; la inquietud de estos caballeros y su amor por la música yucateca, llevaría al Banco del Atlántico a organizar tres certámenes más que harían historia en la música yucateca.
En 1981, surge el “Festival Peninsular de la Canción”, que se mantuvo por tres años consecutivos, con un éxito sin precedentes, y con una serie de participaciones que fueron históricas en el panorama de la península, y con repercusiones a nivel nacional. Nuevamente, Don Armando Cárdenas y Don Sergio Rosado fueron los promotores del evento, con este fin convocaron para organizar el concurso a figurones de talla internacional, fueron coordinadores del certamen los compositores Vicente Garrido y José Antonio Zavala, fue asesor del evento Bebu Silveti, quien además compuso el tema musical del concurso, que fue utilizado en los tres años que se llevó a cabo. A nivel local organizaron el jurado calificador Víctor Esquivel, Fernando Vega, excelente intérprete, y Héctor R. Bojórquez, ex integrante del Cuarteto Armónico. Recordamos entre los integrantes del jurado a la gran pianista Nidia López Vargas, Elsie Hernández, Mario Esquivel, Jorge Fernández y, supongo que por mi labor en las sociedades Gustavo Río y José Rubio Milán, el Dr. Esquivel me invitó formar parte del jurado; lo cual fue un privilegio y una experiencia sumamente enriquecedora en mi vida.
El sistema del concurso fue por eliminatorias semanales, las cuales se llevaban a cabo en el Teatro del Seguro Social, todos los sábados por la noche, a lo largo de varios meses, que eran transmitidas por la televisión local y que tuvieron un impresionante rating de seguidores. Cada semana se seleccionaban dos canciones que pasaban a una segunda fase cada fin de mes, y en el evento del mes se seleccionaban dos canciones que pasaban a la gran final. Los Mtros. Garrido, Zavala y Silveti venían cada semana a la eliminatoria y se integraban como parte del jurado. Las tres finales del inolvidable concurso contaron con verdaderas luminarias del mundo de la música, tanto nacional como internacional. En ellas estuvieron presentes figuras de la talla de Don Manuel Esperón, el icono de la música del cine mexicano de la Epoca de Oro, Mario Ruiz Armengol; los cubanos Mario Fernández Porta, José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz; con estos dos últimos trabé una entrañable amistad hasta el fin de sus vidas, y los frecuentaba en La Habana, en el bar del Hotel St. John, “Pico Blanco”, conocido como: El Rincón del Filing, en el cruce de las calles O y 25, del Vedado.
Las tres grandes finales fueron verdaderamente espectaculares; la de 1981 se efectuó en la sala de recepciones de la Cámara de Comercio de Mérida, y las de 1982 y 1983, en el Gran Salón del Club Campestre de Mérida. En el primer festival, el primer lugar lo ocupó “Sobre tu Cuerpo” de Erick Germon e interpretada por Miguel Angel Gutiérrez, y el segundo lugar fue para “Cómo Halcón” de Raúl Alexis, interpretada por su autor. En el segundo, fue primer lugar la canción “Cualquier Lugar” de Jorge Carlos Castro e interpretada por Miguel Angel Gutiérrez, y segundo “Si me Entendieras” de Bishara Add Simón, interpretada por el grupo “El Sonido del Eco”. En el tercero y último festival, fueron los primeros lugares, “Libre” de Teté Mendoza, maravillosamente interpretada por Ileana Cortés Alayola, que quedó en primer lugar, y el segundo fue para “Mejor me Debo Ir”, de Raúl Alexis e interpretada por él mismo. Las canciones finalistas de los tres festivales, fueron inmortalizadas en sus respectivos discos de larga duración, que fueron grabados y editados en los estudios de José Antonio Zavala, con los arreglos orquestales de Gabriel Espinosa. Desde ese entonces, se han hecho algunos intentos de llevar a cabo festivales de trova y otros certámenes similares; ninguno de estos intentos ha logrado despertar la pasión y el arrastre que tuvo el Festival Peninsular de la Canción.
Es muy necesario retomar proyectos como éste, que traigan como resultado un sano impulso para la canción yucateca peninsular. Las grandes figuras que concurrieron a este inolvidable evento pusieron un nivel de excelencia muy difícil de igualar, y pone en la memoria colectiva, cómo un evento de gran categoría, al Festival Peninsular de la Canción.