Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

México

INE oficializa la pérdida de registro como partido político para el PRD

Volver

Yucatán

El confinamiento y el fuerte calor han propiciado un mayor consumo de comida chatarra durante la contingencia sanitaria, tales como refrescos embotellados, botanas, pastelitos, etc., con el consiguiente aumento de peso.

Las tienditas de la esquina, supermercados y tiendas de conveniencia han incrementado las ventas de estos productos.

Los integrantes de la familia Silveira, por ejemplo, admitieron que en esta cuarentena casi a diario comen postres como gelatinas, helados, etc. Adrián Silveira tiene debilidad por una variedad de botanas, que acompaña con refresco de cola.

Por su parte, el joven Elías ha subido cuatro kilos en lo que va de la cuarentena, aunque advirtió que el aumento de peso no es propiamente por la comida chatarra, sino porque hasta antes de la contingencia estudiaba y trabajaba, y por su ritmo de vida no hacía las tres comidas diarias; en cambio, ahora que no estudia ni trabaja tiene suficiente tiempo para comer, además de que no hace mucha actividad física.

Duplicaron sus ventas

En el minisúper “La Yucateca”, la dependienta dijo que las botanas son lo que más se vende; de hecho, los anaqueles donde se exhiben estos productos se encontraban semivacíos; los precios van de 11 a 33 pesos, según el tamaño y la presentación.

Las neveras de helados y paletas de marcas conocidas estaban completamente vacías; la venta de pastelitos también ha aumentado; los niños son los mejores clientes.

Los refrescos de cola, de toronja y agua mineral se venden como “pan caliente” debido a las altas temperaturas.

“El Huerto de Caucel”, además de frutas y verduras también expende golosinas, refrescos, botanas, etc.; los responsables de este negocio aseguraron que han duplicado sus ventas de bebidas endulzadas, botanas y productos azucarados.

Comentaron que hace unas semanas hubo desabasto de refrescos; indicaron que de 50 cajas de refrescos que pedían sólo les surtían 10, pues según los distribuidores no había en existencia, ya que la fábrica estaba en receso por la contingencia.

Señalaron que los refrescos que más se venden son los de cola, además de que la gente lleva las botellas de mayor contenido, las de 2.5 y 3 litros.

En las tiendas de conveniencia se vio salir a personas con refrescos en mano, sobre todo al mediodía, cuando más aprieta el calor.

En los carritos de supermercado de varios clientes no faltan las botellas de refrescos de dos litros o más, así como paquetes “jumbo” de papitas, charritos, galletas cubiertas de chocolate, pastelitos y otros productos con altos niveles de azúcares.

(Elena Gómez)

SIGUIENTE NOTICIA

Opinión

Se vaya antes o después, ¿ya escogió sucesor López Obrador?.