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Con casi 94 años a cuestas, una mente lúcida y con muchas anécdotas y vivencias, doña Elda María Cox Chuc sigue activa en la partería tradicional

TIHOLOP, Yaxcabá, Yuc., 17 de mayo.- Casi 94 años a cuestas, una mente todavía lúcida que la hace recordar sus anécdotas y vivencias de toda una vida, doña Elda María Cox Chuc, con algunas dolencias propias de su avanzada edad, sigue activa en la partería tradicional.

En una breve entrevista para el periódico POR ESTO! , ella afirma haber iniciado hace más de 70 años en el oficio. Acompañada del mayor de sus hijos José León Poot Cox, de 77 años, y de su nuera Edalia Canché Tun, hace un recuento de toda una vida en la partería tradicional: “A veces los estudios de ultrasonido fallan en los pronósticos sobre el sexo del bebé, pero estas manos, nunca me han fallado, basta con hacer los tocamientos en una sobada normal para estar segura”, afirma con una sonrisa marcada por los años vividos.

La evidencia del oficio se deja ver en sus manos que ha visto nacer varias generaciones no sólo del municipio donde ha atendido partos, sino en otros municipios. A la pregunta expresa del reportero si recuerda su primer parto, sonríe, hace una mirada retrospectiva como si una película retrocediera en el tiempo y dice: “Es un niño que atendí en Chichimilá, al que luego le pusieron el nombre de Eduardo Cerón, luego de eso inicié el conteo, pero luego de varias décadas, ya perdí la cuenta, son cientos, miles, no sé, aquí en Tiholop casi a todas he atendido, sólo cuando se implementan los controles prenatales en las unidades de salud hace algunos años es cuando dejo de atender tantos partos naturales, algunas otras muy difíciles como cuando vienen de cabeza o parados, pero sigo sobando a embarazadas, no lo he dejado de hacer”, afirma.

Narra que el oficio comenzó a aprenderlo de su suegra desde recién casada a los 16 años, e iniciando como ayudante en los lares en 1943, y fue en 1947 cuando atiende su primer parto y con el tiempo su experiencia y sabiduría la fue llevando a ser reconocida por el IMSS, ya que de esa instancia recibe una pensión mensual.

En su haber ha sido entrevistada por diversos medios de comunicación impresa y medios de televisión nacional, también ha recibido en su humilde hogar a estudiantes de antropología de diversas nacionalidades como de la Estatal de Humanidades de Rusia dirigidos por la investigadora Galina Ershova.

Añade que una de sus hijas y dos de sus nueras aprendieron la práctica milenaria, pero no han dedicado sus vidas a esa labor: “Yo no he dejado la partería tradicional, la edad me limita, pero sigo en esto”, dice.

Finaliza diciendo que tuvo 11 hijos, 5 mujeres y 6 hombres, de los cuáles le sobreviven 10, sólo una de sus hijas que lleva su nombre falleció ya hace dos década, hace dos años falleció su esposo don Severiano Poot Aké, a quien recuerda como el único amor de su vida. Según le ha narrado a sus hijos, que cuando se casó en la ciudad de Valladolid en la década de los 40 del siglo pasado, su boda fue sencilla, pero romántica, pues al finalizar la misa fue paseada en una calesa por las principales vías de la ciudad.

Contabilizan entre su descendencia 350, entre nietos, biznietos y tataranietos con lazo sanguíneo, dispersos en varios municipios de la Península de Yucatán.

(José Marcelo Tamay Poot)

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