Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Entretenimiento

Karime y Briggitte reciben sorpresa en La Casa de los Famosos

Volver

Yucatán

Psic. Tania Roche Canto

El juego tiene una función vital en el desarrollo de los niños y niñas. Mucho se habla de los juegos de “antes” y de los juegos de “ahora”; y sería casi imposible pedir que si la vida evoluciona los juegos no. Sin embargo el verdadero dilema está en la percepción negativa que se le da a los juegos y juguetes de la actualidad, comparados con los del pasado y que a muchos de los que hoy me leen les tocó jugar. Remontémonos años atrás y recordemos cuando jugar era parte de la rutina diaria de los niños. Cuando después de llegar de la escuela era el principal motivante para realizar la tarea, ya que sabías que tus vecinos te esperarían afuera en la cuadra para poder jugar todos juntos.

Quién no recuerda esa rutina, en donde se decidía a que “tocaría” jugar el día de hoy, con un democrático guan quen pon, piedra papel o tijera, o un disparejo. En donde practicábamos la toma de decisiones al momento de formar equipos cuando el juego era grupal. Esa espera cuando los que elegían comenzaban a decidir los que formarían su equipo, se sentía como si tu vida dependiera de ese momento, y al final no siempre te escogían los amigos que tú querías y terminabas formado en la fila del que te “tocó”. Después de ese primer filtro, venía la repartición de posiciones, donde a cada quien se le asignaba un lugar para defender y cuidar. Y así nos pasábamos las horas entretenidos compartiendo risas, carreritas, gritos, y ¿por qué no decirlo? burlas, chiflidos y hasta insultos de aquellos compañeros de personalidad retadora.

En la actualidad, nuestro hijos ya no siempre tienen este privilegio, en gran parte debido a cuestiones de seguridad, dado al constante paso de vehículos lo cual hace casi imposible poder salir a jugar en tu calle. Y no teniendo todos la posibilidad de asistir a un parque todos los días las probabilidades disminuyen grandemente.

Con respecto a lo que les toca a los niños de hoy, los milenium, ellos tienen grandes posibilidades de jugar los mismos juegos que mencioné anteriormente, pero desde una consola o videojuego, pueden jugar por medio de la tecnología básquetbol, fútbol, vóleibol, y muchos otros juegos más. Sin embargo, los juegos han evolucionado, éstos, son casi pasados de moda para ellos, ahora prefieren tener juegos que involucren otras habilidades, tales como de construcción, de agilidad mental, de competencia y, desgraciadamente, en algunos casos juegos, que fomentan la violencia y agresividad, los famosos juegos de “guerra”.

Básicamente el dilema en cuanto a decir que los juegos de antes eran mejores que los de ahora, es una posición demasiado radical. A mi parecer ambas tienen cosas positivas y seguramente también negativas, sin embargo si pensamos en algo negativo de los juegos modernos, se podría mencionar en primera instancia dos factores claves en el desarrollo: fomentan el sedentarismo (en su gran mayoría) y el aislamiento social. Platiquemos un poco de lo relevante de estos dos puntos.

Partiendo de ser un país con altos índices de obesidad, y la ciudad con alerta sanitaria por la misma causa, resulta pertinente comentar que el estar sentados una, dos o más horas en frente de alguna tableta, videojuego o televisor según sea el caso, estamos favoreciendo aún más este delicado problema de salud pública. Ciertamente parece que los niños ya no saben jugar como “antes”, pero no se puede quitar responsabilidad a los padres, resulta ser muy fácil el proporcionar desde un teléfono móvil al pequeño, en lugar de llevarlo al parque o algún lugar seguro para patear pelota con él, correr o practicar algún tipo de actividad que favorezca el sano desarrollo del menor, siendo una herramienta “salvadora” para los padres manteniendo a sus pequeños con las manos y la mente ocupadas.

Por otro lado se encuentran los chicos de ahora en una época en donde estar jugando solos parece ser el deporte favorito, donde además, por seguridad, es lo recomendable debido a que se corren muchos riesgos al momento de practicar multijuegos en donde tienen el acceso a jugar con personas desconocidas y con altas probabilidades de pasar un mal momento; todo esto favorece en el menor el aislamiento y la costumbre de aprender a estar solos sin participar en la convivencia cotidiana de la que un día fueron parte sus padres.

Ciertamente los niños y las niñas difícilmente puedan escapar de las mieles de la tecnología (sería casi imposible) pero es tarea de los adultos el fomentar a la par la otra cara de la moneda, el poder sacar el tiempo para llevarlos a realizar actividades recreativas, teniendo tantas opciones en nuestra ciudad, de tal manera que puedan tener la oportunidad de conocer lo mejor de ambas partes, los “juegos de antes y los juegos de ahora”.

SIGUIENTE NOTICIA

Yucatán

Cero y van dos ¿Habrá una tercera?.