Un niño no cuidado y maltratado durante la cuarentena disparará comportamientos de estrés, depresión y ansiedad, que de no ser atendidos a tiempo pueden generar conductas violentas y suicidas, afirmó ayer Víctor Manuel Chan Martín, psicoterapeuta familiar y presidente de Hogares Maná, A.C.
Dijo que antes de la contingencia por el Covid-19, en la vida cotidiana de las familias se manifestaban expresiones de maltrato; sin embargo, a raíz del confinamiento en el hogar y ante menos alternativas de distracción o liberación de estrés, las conductas violentas se han multiplicado especialmente contra los más pequeños.
Chan Marín manifestó que algunos padres aún conciben que la disciplina está relacionada con la violencia porque la aplican cuando los niños hacen algo indebido e incorrecto y al corregirlos hiriéndolos, golpeándolos, creen que van a modificar su conducta, pero se ha comprobado que los niños entienden más con amor que con violencia.
Vigilancia
En este momento de la contingencia, muchos papás y mamás cargan encima un estrés que aumenta con las responsabilidades de casa; muchos papás se han quedado sin trabajo, sin sustento e incluso ante tanta presión tienen pensamientos suicidas porque no saben cómo sobrevivir sin trabajo y sin dinero.
Otro aspecto detonante en la violencia familiar es la falta de vigilancia en los hijos, lo que genera que estos sean “libres”, no respeten reglas de la casa y surjan pleitos, gritos y berrinches.
Los patrones conductuales violentas en la infancia de los padres suelen repetirse porque consideran la violencia como una forma de aprendizaje y guía, con la que los papás “justifican” los golpes a sus esposas y a sus hijos para obtener algo “positivo”.
Cómo evitarlo
Cuando un papá o mamá se encuentra de mal humor, preocupado, enojado es necesario que se tome un tiempo, también llamado “pausas urgentes”, salga fuera de casa, ya sea al patio o al garaje para respirar, tranquilizarse o si le gusta algún deporte, patear un balón para sacar el estrés que le esté generando esos cambios de ánimo.
Una vez pasado la pausa urgente, el entrevistado sugirió que los padres abracen a sus hijos, les expliquen que la reacción de ambos no es la correcta y platiquen otras formas para resolverlo.
En muchas ocasiones la violencia se detona cuando los padres no están de acuerdo con las medidas correctivas de cada uno, por lo que es necesario que los padres platiquen, se pongan de acuerdo en qué consecuencias van a tener sus hijos ante un comportamiento no deseado o incorrecto.
Jefas de familia
En muchos hogares yucatecos sólo existe la figura de la madre de familia, que en este momento de la contingencia, está al cuidado de la familia o tiene que salir a trabajar y no se crea un vínculo de formación fuerte con los hijos, que pueden tener problemas para sobrellevar el confinamiento y el estrés que este le conlleva, por lo que es necesario que busque una fuente de apoyo que le aligere la carga emocional y de estrés para poder tener un acercamiento positivo en su núcleo familiar.
Este tipo de apoyo puede ser un familiar, amiga, profesional o cualquier persona de confianza de la madre de familia, con la que pueda expresar sus sentimientos, desahogo y obtenga consejos, palabras de aliento y de ánimo, porque no es fácil para una sola persona lidiar con la responsabilidad de una casa y una familia.
El entrevistado recalcó que si los padres de familia sienten que no pueden con su situación en casa, que acudan con un experto para que los oriente, les dé recomendaciones, porque en caso contrario los que salen más perjudicados son los niños.
Las autoridades gubernamentales deben poner mucha atención en aquellos padres que por una explosión emocional, lastiman, provocan dolor o lesionan a sus hijos, incluidos los adolescentes.
Exceso de estrés
El exceso de estrés en los niños en cuarentena les genera conductas desesperantes, enojo, ira, insomnio, el no control de esfínteres, que al no prestarles atención genera violencia contra sus hermanitos, rebeldía con los padres e incluso infelicidad.
Es importante que los padres de familia se den una oportunidad para aprovechar la cuarentena, hablar con sus hijos, convivir y que estos puedan expresar sus emociones.
El entrevistado consideró que, ante la falta de cuidado, supervisión, protección y amor, los padres están generando en sus hijos comportamientos negativos para su edad, como lo son la violencia, tristeza, depresión que puedan repercutir en su vida inmediata o futura.
(Melly Manzanero)