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Yucatán

Pérdidas de cultivos afectaron la salud de don Francisco

Productores del interior del Estado, en angustiosa situación

La pérdida total de sus cultivos de calabaza, melón y pepino ocasionó que el señor Francisco Pat Mena sufriera una embolia que lo mantiene ahora postrado en su humilde vivienda de la comisaría de San Rafael, del municipio de Maxcanú.

Ubicado a unos 85 kilómetros al Poniente de Mérida, esta comunidad sufrió también los embates de la tormenta tropical “Cristóbal”, cuyas intensas lluvias causaron la inundación de extensas superficies de siembras hortícolas, así como también de varias decenas de casas.

Aunque los niveles del agua acumulada prácticamente habían descendido ayer, los efectos secundarios saltan a la vista ahora, especialmente en los diversos cultivos cuyos frutos ya están en proceso de pudrición.

A diario cuidaba sus plantaciones

Reporteros de POR ESTO! realizaron ayer un amplio recorrido por esta comisaría y también por otras que están en esa ruta como Paraíso, Cochol, Coahuila y Chunchucmil, donde los daños causados por el fenómeno hidrometeorológico fueron severos en algunos lugares y con menor impacto en otros.

Lo triste y lamentable del caso es que las autoridades municipales no han brindado ningún apoyo hasta ahora ni tampoco han proporcionado información a los damnificados que les permita saber qué futuro les depara.

El caso de don Francisco Pat resulta dramático debido a que, hasta antes de la inundación de sus sembradíos, sus condiciones de salud en general eran buenas, pues si bien era diabético, todos los días acudía a desyerbar su terreno, aplicar fertilizantes, regar y cuidar los cinco mecates de sus cultivos.

Lamentablemente, el jueves pasado, cuando la lluvia fue más intensa y constante, vio con tristeza y frustración cómo el agua cubrió en cuestión de horas todas las plantas que desde hace varios meses se había esforzado por sembrar y hacerlas crecer.

Ninguna ayuda ha llegado

–Ya no pude más y no sé qué me pasó, pero de repente me sentí mal y me fregué, explicó con dificultad al reportero ante la mirada de su esposa y dos hijos que se encontraban a un costado de su hamaca.

Con voz pausada, comentó que a diario su esposa podía vender de 45 a 50 calabazas y pepinos, a seis y a ocho pesos cada pieza, según el tamaño, lo que le permitía obtener dinero para la compra de los alimentos cotidianos y demás productos para el sustento de la familia.

Aseguró que hasta ahora ninguna autoridad, ni el comisario ni la presidenta municipal de Maxcanú, han visitado su parcela ni a él para que les pueda explicar su situación y saber si podrá obtener algún tipo de ayuda.

(Vale la pena señalar que Maxcanú se encuentra entre los 26 municipios de Yucatán que fueron declarados en emergencia por los daños ocasionados por “Cristóbal”, lo que les permitirá recibir recursos del Gobierno Federal para apoyar a los damnificados).

Alejandro Pat Tzuc, hijo de don Francisco, mostró en el terreno a los representantes de POR ESTO! los frutos de pepino, melón y calabaza que ya empezaban a pudrirse.

Papaya maradol

Agregó que desde pequeño siempre ha ayudado a su papá y nunca había caído tanta lluvia como para afectar todas las plantaciones.

Dijo desconocer qué hará en los siguientes días, ya que las siembras hortícolas eran las únicas actividades que realiza la familia para poder obtener ingresos y lograr el sustento diario.

A escasos metros de este predio se encontraba también una parcela del señor Ignacio Ku Ucán, quien, por su parte, perdió sus cultivos de sandía y chile xcatik.

Asimismo, en Cochol, el señor Asterio Canul Chiul perdió media hectárea de papaya maradol en producción, y un cuarto más de las mismas plantas apenas en etapa de crecimiento.

En la parcela se observaban plantas en el suelo, cientos de frutos recién caídos, así como también centenares que ya empezaban a pudrirse en las mismas matas.

No hay para la comida

Indicó que desde hace 40 años que se dedica al campo y es la primera vez que sufre una pérdida total a causa de las intensas lluvias que se registraron en tan pocos días.

Hizo notar que si de por sí la comercialización de los frutos se había reducido desde que inició la pandemia del coronavirus, el golpe mortal fue ahora con el acumulamiento de agua que hizo que toda su producción se perdiera.

Pidió la intervención de las autoridades, del comisariado y de la alcaldesa de Maxcanú, ya que las pérdidas económicas son cuantiosas y no tiene ningún dinero para poder volver a empezar sus cultivos.

–No sé de qué voy a vivir ahora con mi familia, pues no tendremos ninguna cosecha para vender y menos dinero para la comida del día, remarcó.

Diabéticos y gordos

Dijo que las papayas las vendía a personas de fuera, ya que en la localidad la gente no acostumbra consumirlas ni siquiera en jugo o refresco, “porque todas las familias pura Coca toman, aunque se queden diabéticos y gordos”, enfatizó.

Por otra parte, en la comisaría de Coahuila, a unos cuatro kilómetros de esta localidad, también se registraron afectaciones en los cultivos de cilantro, rábanos y lechuga.

El recorrido de los reporteros incluyó asimismo la comisaría de Paraíso, donde varias docenas de casas se inundaron, aunque el agua se filtró al subsuelo en cuestión de horas, de tal manera que no hubo daños mayores más que las momentáneos en muebles y demás enseres que tuvieron que ser subidos a partes altas para evitar que se mojaran y se echaran a perder.

(Rafael Mis Cobá)

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