Muchos trabajadores siguen regresando a su lugar de origen o viajando a otras ciudades en busca de nuevas oportunidades, tras haber perdido su empleo como consecuencia de la crisis económica que causó el COVID-19.
Adriana López llegó a Mérida a principios de este año, proveniente de Oaxaca, a buscar trabajo. Lo consiguió en el Inegi como encuestadora, pero por desgracia el tiempo que debía trabajar se acortó por la contingencia sanitaria, comenzó a laborar en marzo y en abril se suspendieron los censos.
Dijo que durante ese tiempo se enfrentó a situaciones incómodas, ya que la gente pensaba que le iban a robar, por el coronavirus las personas no les abrían la puerta por temor de contagiarse, pero ella siguió trabajando, pues no tenía órdenes de suspender los cuestionarios, se dio el caso de que los formularios se quedaron a medias por el mismo motivo.
Aunque acabaron con su carga de trabajo, quedaron pendientes varias entrevistas.
Antes de venir a Mérida, Adriana era capturista y ahora regresará con las manos vacías y comenzará de nuevo.
Mencionó que cuando llegue a Oaxaca se aislará de su familia para prevenir que se contagie, ve con pesimismo la situación que se vive allá porque sabe que aumentaron significativamente los enfermos por coronavirus debido a que la gente no se cuidó, pero aún así regresó, pues allá está su familia.
La entrevistada dijo que el 1 de mayo pasado debió de viajar a Oaxaca en vuelo directo, pero cancelaron el viaje, levantó una denuncia en la Profeco y le devolvieron 1,700 pesos, tuvo que cambiar la ruta, pasando por México, y fue hasta ayer que pudo viajar.
(Elena Gómez)