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Yucatán

En auge, compra-venta de terrenos ejidales

En el interior del Estado y el Norte de Mérida

En auge, compra-venta

de terrenos ejidales

La compra-venta de tierras ejidales es un negocio que ha cobrado auge en los municipios del interior del Estado, así como en las comisarías del Norte de Mérida en vista de las graves carencias que prevalecen entre los habitantes de aquellas comunidades y en el campo yucateco, de los cuales quienes han salido más beneficiados han sido las grandes empresas inmobiliarias.

Ejemplos sobran, ahí está Chablekal; a espaldas de los ejidatarios, los comisarios en turno vendieron enormes extensiones de tierras ejidales, mediante asambleas extraordinarias amañadas, inexistentes o documentos falsificados presentados ante el Registro Agrario Nacional y los tribunales en la materia, externó don Luis Armando Chuc, quien encabeza en Motul un movimiento para destituir al actual comisario ejidal, Jorge Marcelino Alonzo Chuc, quien ha pretendido entregar más de 450 hectáreas al empresario marroquí Oliver Duttoit Caldairou.

En el negocio de las tierras, los comisarios son los que reciben las “tajadas” de dinero de los empresarios y particulares que quieren apoderarse de los terrenos para promover toda clase de desarrollos inmobiliarios de alta plusvalía.

Citó como claro ejemplo, el caso de los terrenos ejidales de Chablekal que fueron entregados a empresarios y especuladores de tierras.

“Sólo basta una lata de cochinita y los tacos para convencer a muchos ejidatarios a votar en asamblea para parcelar los terrenos y luego enajenar, al comisario le dan dinero y éste convoca a una asamblea y listo”, mencionó Chuc Sánchez.

Natanael Pat Escamilla, ex comisario ejidal de Caucel, recordó el caso de los terrenos donde ahora se asienta Ciudad Caucel, los ejidatarios vendieron sus tierras a precio de centavos al tristemente célebre Antonino Almazán, quien los revendió al Gobierno del Estado encabezado por Patricio Patrón Laviada.

¿Qué motivó la venta? preguntamos.

“Las carencias económicas, el bajo poder adquisitivo de la gente, los llevó a mal vender, lo mismo que pasa en Ucú, que muchos parcelaron sus terrenos para luego vender y tener dinero para sobrevivir”.

Un ejidatario vendía en 80 centavos el metro cuadrado de terreno, ya sea a especuladores o particulares quienes revendieron más caros los terrenos al Gobierno del Estado en el 2005 o a las empresas inmobiliarias quienes han construido fraccionamientos y zonas residenciales y éstos venden a precios de oro los inmuebles.

Un claro ejemplo del negocio compra-venta de terrenos ejidales se observa en las comisarías del Norte de la ciudad, ahí está Temozón, Chablekal, Kikteil, Xcanatún, donde al parcelarse las tierras los ejidatarios mal vendieron sus propiedades en centavos, mientras que ahora el metro cuadrado cuesta miles de pesos, detalló el entrevistado.

Las tradiciones y costumbres, ya sea fiestas patronales o gremios, son un factor que también ha motivado a que la gente venda sus terrenos ejidales.

Las fechas cercanas a las fiestas patronales o gremios, son coyunturas que aprovechan muchos especuladores de tierras y agentes inmobiliarios para motivar a los ejidatarios a que realicen sus asambleas para parcelar o autorizar la venta de tierras a particulares.

Los habitantes de las comunidades que tienen muy arraigadas esas costumbres, siempre ocupan recursos para las fiestas del pueblo, donde abundan la comida y las bebidas, al concluir los gremios e iniciar los bailes, en eso se gasta el dinero de la venta de terrenos, detalló Pat Escamilla.

Finalmente Chuc Sánchez recordó que aún hay un litigio pendiente por la compra-venta amañada de terrenos donde se asientan ahora los fraccionamientos Del Arco y Vista Alegre que formaron parte del ejido de Chuburná y que mediante procesos poco claros, fueron despojados a los ejidatarios y donde ahora se asientan numerosas residencias.

Los ejidatarios continúan en su lucha por una indemnización económica.

(José Manrique)

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