Artesanos de esta comisaría regresaron a sus talleres a trabajar, pues afirman que dejaron trabajos pendientes que debieron entregar, pero por la pandemia no pudieron hacerlo, ya que las autoridades les pidieron que cerraran, además han transcurrido tres meses y necesitan ingresos para el sustento familiar.
Don Benicio Cua dijo que los trabajos se están llevando a cabo al 50 por ciento porque las personas que les habían encargado algunos trabajos ya se los están pidiendo, por ello tomaron la determinación de volver a sus empleos.
“Ya estamos reactivando el trabajo, pero no al 100 por ciento, lo que pasa es que tenemos trabajos pendientes y son los que estamos sacando ahora, quisiéramos continuar, pero también como no es algo esencial la gente está estancada y no está comprando como anteriormente, lo que sí es esencial es que nuestras familias tienen que comer, pero suele pasar lo mismo porque si invertimos y no vendemos perdemos la inversión”, dijo el artesano.
Refirió que son más de un centenar de trabajadores de la artesanía en piedra y que, junto con sus familias, son tres veces más las personas que comen gracias a este trabajo.
“Habemos poco más de cien personas que trabajamos la piedra, pero lógicamente son cien familias y si le agregamos que son cuatro integrantes por familia somos 400 personas las afectadas, en Dzityá la mayoría de la gente nos dedicamos a esto y otro tanto también a la artesanía en madera, aunque ahora no hay pedidos ni más trabajo, hay un poco de preocupación por si esto de la enfermedad se prolongara”, refirió don Benicio.
Es bastante difícil
Por su parte, Rafael Cua, sobrino de don Benicio, señaló que la situación que vive Dzityá es complicada porque han transcurrido tres meses y no se sabe cuándo pueda reactivarse la economía para sus familias.
“Esto que estamos viviendo es bastante difícil, a raíz de que se suspendieron las labores desde el primero de abril, pues regresamos a los talleres para entregar algunos trabajos, pero también, en mi caso, comunicarme con mis clientes y ponerme a sus órdenes, sin embargo, todo este tiempo no podíamos laborar porque la misma gente si escuchaban las máquinas iban con el comisario y nos llamaban la atención, por eso mejor cerramos, pero ya es mucho tiempo y hay que ver que necesitamos ingresos para llevar a nuestras familias, venimos por la necesidad, pero igual para ver cómo podemos ayudar a los trabajadores, también tienen familias”, indicó.
En otro taller son 9 los trabajadores, todos, al igual que en el primer establecimiento, respetando las normas de sanidad.
Paso a paso
A su vez, Jesús Pisté Pech coincidió en que la pandemia los ha afectado mucho y tienen que empezar nuevamente paso a paso.
“Necesitamos reactivar los trabajos poco a poco, la verdad es que la pandemia sí nos ha afectado demasiado, la mayoría del pueblo se sostiene de la artesanía de cantera y de madera, ahora no estamos trabajando al cien por ciento, pero tenemos necesidad, es muy difícil empezar de ceros y sabemos que es así adondequiera, esperamos que en un mes más ya regrese la normalidad, aunque tenemos mucho temor de que esto se pueda prolongar todo el año, porque si vienen y nos dicen que hay que parar otra vez, ¿qué vamos a hacer?, si no lo hacemos nos van a clausurar”.
Cada día la situación es más grave porque de una manera directa están las esposas y los hijos, dijo este trabajador artesanal.
“Todos vivimos de esto, el gobierno está apoyando, pero a los empresarios, a los trabajadores no, sí apoyan, apoyan al patrón, acá nosotros somos nueve y al patrón le hicieron un préstamo de 8 mil pesos que no nos va a alcanzar para tres meses, entonces nos llevamos a las esposas y los hijos entre los pies, esto nos daña emocionalmente porque no puedes ir a ningún lado, los niños quieren salir a jugar al parque, si vas a la tienda entra de a una persona, nunca va a ser igual”, concluyó diciendo Jesús.
Por José Luis Díaz Pérez