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Yucatán

Regresan turistas a Progreso y Chicxulub Puerto

A pesar de la presencia de visitantes, restauranteros reportan ventas escasas

De los pocos restaurantes y comercios de la zona costera que abrieron desde hace dos semanas como parte de la “Ola 1” autorizada por el gobierno del estado, la clientela que registran es escasa con ocupaciones del 15 por ciento en promedio y, por otro lado, aunque no está permitido bañarse en el mar, algunas personas aprovechan la relajada vigilancia policiaca para meterse al agua como se observó ayer en las playas de Progreso y Chicxulub Puerto.

Varios propietarios de negocios comentaron que de nada sirve que abran sus establecimientos si de todas maneras no hay gente que acuda a solicitar sus servicios y, como ejemplo, señalaron precisamente la baja ocupación que registran quienes se han atrevido a abrir sus puertas hace dos semanas.

Florencia Lira Rodríguez y Miguel Vera Ku, propietarios del restaurante “Florencia”, ubicado en la plaza de Chelem, explicaron que hace una semana que reabrieron el negocio, pero la clientela ha sido muy escasa.

De 95 restaurantes, sólo 3 abiertos

Mencionaron, por ejemplo, que sólo les permiten abrir de lunes a viernes, mientras que sábado y domingo, que son días potenciales de más visitas, sólo pueden vender alimentos para llevar.

Doña Florencia señaló que son tan bajas las ventas que la semana pasada en un día sólo se vendieron dos kilos de pescado, lo que no significa ninguna ganancia ni para el propietario y menos para los dos o tres empleados que laboran en el negocio, pues además se ha tenido que invertir en los kits de protección sanitaria.

Este puerto de 12 mil 500 habitantes tiene un registro de 75 restaurantes y 20 negocios de alimentos ambulantes y loncherías, de los que sólo han abierto cuatro: “Florencia”, “Costa Azul”, “La Terracita” y “Bulpen”, según explicó a POR ESTO! la comisaria municipal Viviana Pat.

Indicó que es muy difícil que abran pronto más establecimientos debido a que no hay clientela, y si bien, muchas familias que no son de la localidad tienen casas de descanso y las tienen ocupadas, la mayoría no sale y prefiere quedarse en su domicilio respetando las normas de higiene dictadas por las autoridades.

Personas inconscientes

Señaló que, como suele suceder en todo lugar, también hay personas inconscientes que tratan de no respetar las disposiciones e incluso se bañan en el mar, la mayoría jóvenes, pero cuando son detectados por la policía les piden que se salgan del agua.

La comisaría de Chelem sustenta su economía en el turismo y pesca en un 100 por ciento y en períodos de vacaciones duplica su población por la gente que acude, entre visitantes del día y personas que llegan a descansar.

En esta misma comunidad, el señor Luis Raúl Chin, propietario del restaurante “San Martín”, se quejó de que autoridades le pidieron mil 200 pesos para reabrir su negocio, cantidad que consideró muy elevada si se toma en cuenta que los dedicados a esta actividad han cerrado sus negocios desde hace más de tres meses.

En lo que toca a Progreso, en el recorrido efectuado por los reporteros se observó que aproximadamente un 20 por ciento de los restaurantes que se encuentran en el malecón estaban abiertos, algunos con dos o tres mesas ocupadas, de 12 dispuestas, mientras que otros se encontraban totalmente vacíos.

En el agua y tomando el Sol

Los pocos clientes eran en su mayoría extranjeros, seguidos por nacionales, quienes para poder recibir el servicio tuvieron que hacer primero sus respectivas reservaciones según las medidas dispuestas en la “Ola 1” que entró en vigor desde el pasado ocho de este mes de junio.

Se pudo notar que todo el personal que laboraba en los establecimientos contaba con las medidas de seguridad recomendadas como caretas, cubrebocas y guantes, así como también se respetaba las distancias de mesas a mesas en servicio.

Durante poco más de una hora en que estuvieron los reporteros en el recorrido se observó, asimismo, a cuando menos cuatro grupos de personas que se bañaban en el mar, frente al malecón, sin que algún agente policial se apareciera por el lugar para exigirles que respetaran las medidas sanitarias, que prohíben hasta ahora meterse al mar.

Sin que nadie los molestara, los grupos de hombres y mujeres se bañaban, se asoleaban en la arena o se resguardaban baja alguna de las palapas concesionadas a los restaurantes de la zona.

Molestia

Algunos restauranteros que no tenían ningún cliente en sus negocios expusieron a los reporteros su inconformidad por el cierre de los accesos al malecón para los vehículos, ya que ello inhibe y desmotiva a los escasos paseantes a llegar a los restaurantes.

–De nada sirve que nos hayan autorizado abrir si de todas maneras restringen la entrada de la gente al malecón; así vamos a seguir jodidos, aseveró un mesero con marcada molestia.

También consideró incongruente que sólo se les permita trabajar de lunes a viernes, prohibiéndoles los sábados y domingos cuando son los días en los que la gente puede salir a pasear.

De igual forma se constató que son muy pocos los negocios de otros giros abiertos, como de ropas, regalos y recuerdos, pues según explicó uno de los comerciantes, si no hay visitantes sencillamente no hay ventas.

En Chicxulub y en Telchac Puerto el escenario se repetía con la mayoría de restaurantes cerrados y sólo unos cuantos en servicio, pero prácticamente sin comensales.

Ni marquesitas ni churros  

También brillaban por su ausencia en las calles los tradicionales venteros de marquesitas, cocos, cremitas, churros y merengues, así como los pequeños puestos que expenden pescado frito y ceviches por kilos.

Vale la pena recordar que la apertura de la “Ola 1” dispuesta por el Gobierno del Estado, además de los negocios esenciales, permitió la operación de la industria de manufactura, servicios inmobiliarios y de alquiler, ventas de comercio al mayoreo, despachos de profesionistas, hoteles parcialmente abiertos, y restaurantes sólo mediante reservación y al 25% de su capacidad.

Por Rafael Mis Cobá

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