Eliseo Martín Burgos
Agripina fue la primera emperatriz romana que recibió el título de “Augusta”. Tácito y Suetonio la retratan como una mujer fatal, frívola y ambiciosa, que incluso recurrió al incesto y al envenenamiento, pero más que seductora fue culta y mujer de negocios con barcos mercantes, y prestamista; así como utilizó los sobornos para asegurar el futuro político de su hijo Nerón. En la práctica ella dirigía el Imperio ante el indeciso emperador Claudio, el César que subió al trono tras el asesinato de Calígula; provocaba risas por su cojera y tartamudez.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca