Centenares de hectáreas de diversos cultivos se siniestraron tras las inundaciones en el Cono Sur por las lluvias que trajeron consigo los remanentes de “Amanda ” la tormenta tropical “Cristóbal ”, que fueron los primeros fenómenos hidrometeorológicos en causar serias afectaciones.
El presidente de la Unión de Ejidos Agropecuarios del Sur, Luis Fernando Palma Cáceres, reveló que las lluvias han dejado pérdidas millonarias, más las que aún falta por cuantificar.
Para empezar, se perdieron 300 hectáreas de calabaza, más de tres mil hectáreas de soya , aún falta cuantificar los otros cultivos como son el maíz. De la misma manera, la Secretaría de Desarrollo Rural se encuentra realizando sobrevuelos en el campo yucateco para constatar la magnitud del desastre que prevalece.
Los aguaceros han ocasionado inundaciones de hasta dos metros de profundidad en algunas comunidades del Sur del Estado, de lo cual ha informado POR ESTO! ; “se trata de centenares de hectáreas de cultivos como calabaza, maizales, chiles xcatic, habanero y dulce; así como unas tres mil hectáreas de soya, todas bajo el agua. Hasta el momento, millonarias las pérdidas”, insistió Palma Cáceres.
Soya y chile
Previo a las afectaciones del campo, ocasionadas por las lluvias que trajo consigo el fenómeno hidrometeorológico, los productores del sur del estado registraron una disminución de sus ventas en los meses de marzo, abril y mayo a consecuencia de la contingencia sanitaria, una baja del 40 por ciento.
Las plantaciones de soya afectadas en la zona sur ya podrían considerarse pérdida, ya que las leguminosas empezaron a morir tras estar bajo el agua varios días.
En el caso de la producción de chiles , se estima una pérdida de 360 toneladas del producto, considerando que cada kilo en el mercado tenía un valor máximo de 80 pesos, lo que económicamente representa cerca de 23 millones de pesos.
Además de las plantaciones de soya, se perdieron cientos de hectáreas de maíz, hasta el momento no se ha cuantificado el total.
El suelo
Las afectaciones no sólo se circunscriben a los cultivos, sino que también a las afectaciones a la tierra, pues después de una inundación queda duro el suelo y es necesario removerlo con maquinaria; el costo de remover la tierra por hectárea asciende a los tres mil pesos. Reparar la tierra tendrá un costo aproximado de los nueve millones de pesos, considerando las grandes extensiones que se encuentran aún bajo el agua.
Antes de que el mal tiempo comenzara a afectar, los productores apenas estaban logrando desplazar sus productos con el regreso a la nueva normalidad, pero ahora todo se perdió. Palma Cáceres hizo un llamado al Gobierno del Estado y al Gobierno de México para que apoyen a los productores con algún tipo de financiamiento y reiniciar las siembras.
Cabe señalar que la Unión de Ejidos Agropecuarios del Cono Sur aglutina a productores de Tekax , Tzucacab y Oxkutzcab , y son más de 500 socios.
Visita
Por otra parte, el secretario de Desarrollo Rural –Jorge Díaz Loeza– visitó el municipio de Oxkutzcab para entrevistarse con el alcalde Raúl Romero Chel y conocer los daños y afectaciones a las cientos de hectáreas de cultivos. Los funcionarios estatales y municipales recorrieron uno de los albergues habilitados, donde permanecen familias de la cabecera municipal, cuyas viviendas aún están bajo el agua.
Durante la visita al municipio, Díaz Loeza entregó apoyos de carne de puerco, así como bolsas de maíz para consumo, gestionados con el programa Yucatán Solidario. Posteriormente, el secretario junto al alcalde Romero Chel se trasladó al municipio de Tekax, donde se envió carne y maíz a través de un helicóptero a la comunidad de Plan Chac, la cual permanece incomunicada.
Cabe mencionar que el apoyo en el alimento también se enviará a los municipios de Tekax, Peto, Chacsinkín, Tahdziú. Se están sobrevolando los municipios de Tekax, Peto, Tahdziú, Oxkutzcab y Tzucacab para evaluar los daños a la agricultura, la ganadería, la apicultura, la fruticultura, entre otros cultivos que resultaron severamente dañados. Se reporta que, en Ixil , 190 horticultores perdieron sus siembras.
Por José Manrique