El inicio de la semana se tornó muy activo, la gente abarrotaba las calles de los distintos sectores de la ciudad, sobre todo las del centro y de las inmediaciones del mercado municipal.
También se observaba mucha gente procedente de comisarías en los alrededores del parque Juárez.
Pese a las medidas preventivas implementadas por la contingencia sanitaria la gente no medía su sana distancia, daban muestra de que sus rutinas de vida son normales sin importarles exponerse a posibles contagios de coronavirus que se han multiplicado al por mayor en la entidad.
Los comercios, tanto esenciales como no esenciales, registraron buena afluencia de personas que demandaban sus productos.
El tráfico vehicular aumentó considerablemente, sobre todo el de motocicletas, generando congestionamientos en los puntos referenciales del centro de la ciudad.
Por doquier se observaba a más de dos personas por familia comprando, conversando, incluso con bebés en brazos y varios adultos mayores se paseaban como si nada, sin preocuparse por ser parte de la población vulnerable a los efectos letales de la pandemia.
Es así como inicia una semana más, llena de inconsciencia ciudadana, que no respeta el aislamiento social y que no miden las consecuencias de lo que pueden provocar al salir de sus hogares aunque no sea por una necesidad apremiante.
Esto indigna a las pocas personas que aún respetan el confinamiento señalando que por la irresponsabilidad de otros la contingencia se alarga y ponen en riesgo más vidas de los tizimileños.
Mencionan que hay más gente de día que de noche, por lo que no se explican porqué el Gobernador implementó el toque de queda nocturno cuando en dicho horario por lo general casi nadie sale a la calle.
Por Luis Manuel Pech Sánchez