Ganaderos del Oriente piden apoyo al Gobierno Federal para mecanizar unas cinco mil hectáreas que fueron erosionadas por las tormentas “Cristóbal” y “Amanda”, terrenos que amenazan con convertirse en desérticas e improductivas, informó el alcalde de Sucilá y empresario ganadero, Diego Lugo Interián.
El edil explicó que las lluvias que dejaron las tormentas deslavaron la poca tierra que hay en los potreros y sólo las partes donde hay algo de vegetación se lograron salvar, en tanto que el resto de las casi cinco mil hectáreas sólo quedaron piedras.
Explicó que debido a que todavía no culmina la temporada de secas y al estar desnudas las piedras, por los declives que hay en esas tierras se están formando una especie de “islas” en algunas partes y en otras una especie de terreno desierto.
Lo más grave es que las lluvias casi arrancaron de raíz los pastos que había en los potreros.
Peso a Peso, insuficiente
Lamentablemente los funcionarios que hicieron la evaluación de daños causados por las tormentas “Cristóbal” y “Amanda”, al no tener conocimiento del terreno que predomina en Yucatán, no le dieron la importancia que merece, mucho menos contemplaron apoyo alguno.
Señaló que hace unos días el Gobierno del Estado puso en marcha el programa de Peso a Peso, estrategia que resulta insuficiente para resolver el grave problema que hay de erosión de la tierra en esa zona del Estado, donde se requiere utilizar tractores y otros equipos pesados para tecnificar la tierra y hacerla más homogénea.
Señaló que los ganaderos están preocupados porque de los 150 a 200 mecates que tienen para sus pastizales, sólo 50 hectáreas o menos se encuentran en buenas condiciones, lo que es insuficiente para alimentar sus reses.
Por otra parte, dijo que debido a la pandemia el precio de la carne de res se vino abajo y ahora que comenzó a recuperar algo de terreno, resulta que hay menos ganado para vender, porque muchos ante la crisis las malvendieron o sacrificaron para poder sobrevivir.
Solamente “palitos”
Precisó que de no resolverse el problema, la pobreza se va a reflejar mucho más a partir del próximo año, cuando desaparezcan muchos pequeños ganaderos que se quedaron sin nada y, para volver a comenzar, necesitarán por lo menos cinco años, ya que una res no se puede producir de la noche a la mañana, pues como todo ser vivo necesita varios meses de gestación, otros nueve meses para su destete, luego esperar a que crezca y reproducirse, por lo tanto, para repoblar los hatos llevará varios años.
Lamentablemente los apoyos al campo por parte de la Federación están muertos, y sólo nos dan “palitos” para hacer cercas, pero eso no ayuda en nada a la producción ganadera.
Por Víctor Lara Martínez