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Yucatán

Por COVID-19, se quedan sin clientes vendedores de comida en Kaua

La pandemia ha sido devastadora para los vendedores de comida regional en Kaua, antes recibían hasta 300 clientes en un día ahora llegan tres

KAUA, Yucatán,  La pandemia por el coronavirus ha sido devastadora a nivel económico para una gran cantidad de pequeños empresarios en la región, provocando que estos cierren temporalmente sus negocios o se vean en la necesidad de despedir a la mayor parte de su plantilla de empleados al no poder sostener por más tiempo la nómina, debido a que en muchos casos han pasado prácticamente de atender hasta 300 clientes al día a prácticamente cero.

El caso de quienes se dedican a la venta de comida económica regional destinada al turismo que circula a lo largo del corredor turístico situado entre Valladolid y Chichén Itzá, representa el mejor reflejo de la crisis.

Como seguramente muchos sabrán, en los municipios de Kaua y Cuncunul, así como en la comisaría de Ebtún, existe una serie de restaurantes y cocinas económicas mejor identificadas como las “tías” y los “tíos” de cada localidad, mismos que han ganado fama en la región al dedicarse a la preparación de especialidades yucatecas, especialmente el platillo denominado poc-chuc.

Dicho platillo que consiste en una carne de cerdo fileteada, previamente marinada con naranja agria y después asada al carbón o a la plancha, para luego servirla acompañada de un plato de frijol colado o kabax, chiltomate (tomate tamulado), cebolla asada y sus tortillas de maíz hechas a mano.

Los referidos establecimientos son algunos de los que han resentido mayormente la falta de clientes, pasando de atender a cientos de turistas al día hasta sólo dos, tres, o ninguno.

El caso del “Tío Manolo”, un conocido restaurante ubicado en la población de Kaua, es un claro ejemplo del difícil momento por el que han estado atravesando las personas cuyos ingresos dependen directamente del turismo, pues en contra de su propia voluntad, su propietario Manuel Echeverría, se vio obligado a despedir a la gran mayoría de los 70 empleados que tenía contratados para su negocio.

El entrevistado comentó que, consciente de la difícil situación económica por la que atraviesan varias familias, sostuvo a su personal por espacio de dos meses, pero al haber nulas entradas, se vio en la penosa necesidad de recomendarles buscar otras opciones.

No era mi intención dejarlos sin trabajo pero no había otra opción. Ahora, cuando los notables efectos de la pandemia disminuyan y el lugar regrese a sus viejos tiempos, me veré obligado a contratar nuevo personal, a capacitarlos otra vez y prácticamente a empezar de cero con todos los gastos que ello implica, sostuvo.

Agregó que el coronavirus ha representado un duro golpe a la economía de los pequeños empresarios, pues quienes dependen del turismo, hoy la están pasando muy mal, como en su caso, que de marzo a la fecha se ha visto en la necesidad de erogar más de 140 mil pesos por concepto de energía eléctrica, mientras que por otro lado, sus ingresos ascienden a nada.

Hasta antes de las afectaciones por el virus, “El Tío Manolo” atendía hasta 300 turistas al día y ahora no entra ni una sola persona. La situación es realmente deprimente y todo parece indicar que esto va para largo, dijo.

En ese mismo orden de ideas, la señora Eunice Mis Tuz, hermana de Orfa Mis Tuz, una de las propietarias de la cocina económica denominada “La Tía de Cuncunul” mencionó que durante tres meses prácticamente no recibieron clientela y sus entradas fueron solo salidas de dinero para el mantenimiento del local, como lo representan el pago de la luz y agua.

Hace un mes que se produjo la reapertura, pero aún así, la situación continuó como al principio de la contingencia al restringirse notablemente la movilidad de la gente. Antes vendíamos hasta 100 órdenes durante los fines de semana, ahora a duras penas sacamos unas 10 y ello gracias a la gente del municipio, pues los turistas o la gente de municipios cercanos ya no acuden, mencionó Mis Tuz, en el marco de una entrevista sostenida hoy por la mañana.

Agregó que “La Tía de Cuncunul” se trata básicamente de un negocio familiar que hoy se encuentra en una situación muy delicada, pues ya no genera el dinero suficiente para su sostenimiento.

Por su parte, Antonia Noh Poot, propietaria de “La Verdadera Tía de Kaua” mencionó que en su mejor momento, su local atendía a más de 60 clientes al día y la situación mejoraba todavía más durante los fines de semana, pero ahora, debido a la contingencia sanitaria provocada por el COVID-19, atenderán cuando mucho a siete u ocho personas y eso los ha afectado bastante.

Explicó que la situación se puso muy crítica desde el pasado mes de marzo, fecha en que se dieron a conocer los primeros casos de coronavirus en la región y luego de estar a punto de cerrar, comenzaron a laborar en este mes de julio, pero con muy escasa clientela, generalmente conformada por personas que están de paso y que habían escuchado de la especialidad de “La Verdadera Tía”: el poc-chuc.

Lamentablemente, así como los tres casos antes mencionados, existen infinidad en toda la región en donde los pequeños empresarios hoy ven con suma tristeza cómo sus negocios creados a lo largo de años de esfuerzo van quedándose sin el flujo económico necesario para por lo menos seguir solventándose.

Por Alfredo Osorio Aguilar / Feliciano Sánchez H

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