Los habitantes de Panabá y Loche no permitieron el paso de gente de Rio Lagartos y Las Coloradas debido a la confirmación de varios casos de COVID-19, además de que el alcalde, Erik Alcocer Estrada, había ordenado hacer lo mismo con gente que no fuera de su población.
Como se recordará, el ayuntamiento de Río Lagartos hizo lo propio con gente de comisarías de Tizimín y de otras partes del Estado que han querido entrar a este puerto, sobre todo ahora que está por iniciar la temporada para la captura de pulpo, pidiendo incluso que presentaran una prueba negativa para poder ingresar.
Desde muy temprana hora, habitantes de Río lagartos publicaron en Facebook que en los filtros de Panabá y Loche, no los dejaban ingresar por tener un número considerable de contagios de coronavirus, acción que no le gusto a Alcocer Estrada a pesar de que él había aplicado eso a habitantes de las comisarías de Tizimín que sólo buscaban trabajo para llevar el sustento a sus familias por la actual crisis que está pasando todo el país, pero eso pareció no importarle pues exige pruebas de COVID que demuestren que no están contagiados para poder pasar, pero dicha prueba tiene un costo superior a los 4 mil pesos.
Ante la prohibición de ingreso a los porteños al municipio vecino, Alcocer Estrada se movilizó y se reunió con el alcalde Panabá, en donde según llegaron a un acuerdo, pues al parecer presionó, diciendo que el permitía el paso de varios habitantes de Panabá y Loche a Río Lagartos que trabajan como albañiles, tras esta reunión público en su cuenta de Facebook que ese problema ya se había solucionado obviamente por ser alcaldes de la misma línea todo había vuelto a la normalidad y ya se podía entrar y salir de este municipio.
Este rápido acuerdo entre alcaldes, desató el enojo de habitantes de comisarias tizimileñas que cada año se ganan la vida en la captura de pulpo, por lo se supo que probablemente en los próximos días los habitantes de comisarias como Dzonot Carretero, Dzonot Ake, Santa Clara, Yohactun de Hidalgo entre otros se unirían para colocar un retén e impedir el paso de los vehículos provenientes del puerto de Río Lagartos que pasan por esa zona para dirigirse al puerto de El Cuyo en busca de sardina y otras especies para carnada durante esta temporada.
Ante estos hechos, el edil porteño tendrá que pensar bien sus próximas decisiones pues estas podrían afectar también su economía, como está afectando él la de miles de familias que dependen de esta actividad.
Por Carlos Euán