En Yucatán, siete de cada 10 llamadas que se recibe el 9-1-1, habilitado como único número de emergencias, son falsas, reveló el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De acuerdo al último reporte presentado por la dependencia federal, en el estado se han recibido 625 mil 887 llamadas al 9-1-1; sin embargo, de estas sólo 210 mil 053 han sido reales y 415 mil 834 han sido falsas o de broma.
Las llamadas mudas, incompletas, broma de niños, son las principales comunicaciones que realizan quienes utilizan el número de auxilio sin tener una emergencia real.
Aunque en promedio el 60 por ciento de las llamadas falsas son por medio de llamadas mudas, es decir, la persona que llama al servicio sólo marca y no responde al operador.
En Yucatán las llamadas “broma” se castigan, de acuerdo a la Ley de Seguridad Pública del Estado, las sanciones van desde multas de 4 a 8 mil pesos y arresto de 24 a 36 horas.
Según las estadísticas, en promedio el número de emergencias ha recibido 3 mil 458 llamadas diarias, si tomamos en cuenta que el reporte más reciente abarca del 1 de enero al 30 de junio, es decir, cada hora se reciben 144 reportes y el 70 por ciento son inexistentes.
Se tiene un promedio de 18 mil 407 llamadas por cada 100 mil habitantes, una cifra menor al promedio nacional que es de 19 mil 893.
A nivel nacional de los 33 millones 641 mil 365 de llamadas que se han recibido en todo el país, un total de 25 millones, 421 mil 176 han sido falsas.
En este contexto Fernando Novelo Estrada, responsable de los servicios de emergencia de la Cruz Roja, hizo un llamado a los ciudadanos para utilizar los números de emergencia de manera responsable, debido a que una llamada falsa puede traer consecuencias.
Explicó que cuando se recibe un aviso de ayuda se despacha a la ambulancia más cercana, la cual se traslada hasta el punto a gran velocidad para responder en el menor tiempo posible, ya que en una emergencia un minuto puede ser la diferencia entre salvar una vida o perder a un paciente.
Cuando el reporte es falso, además de poner en riesgo a los paramédicos, se generan costos de combustible y desgaste de los vehículos.
Por David Chan Caamal