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Yucatán

Niños de Teabo crean pequeño “tablado” para corridas de toro

El grupo de infantes decidió armar un palco en el patio de su abuela para jugar a la “corrida de toros” en Teabo, Yucatán
Foto: Carlos Ek Uc
Foto: Carlos Ek Uc

Para hacer de este confinamiento algo más llevadero y divertido, infantes del municipio de Teabo, Yucatán, construyeron con ingenio y creatividad en el patio de su abuela un peculiar palco o “tablado” donde juegan a la corrida de toros.

Desde hace varias semanas, el predio de la señora Guadalupe Poot Salas, de 67 años de edad, ubicado sobre la calle 31 entre 33 y 36, se aviva con una singular fiesta taurina realizada por sus nietos en el extenso patio de su domicilio.

“Un día vinieron mis nietos y me preguntaron: mamá Lupe, ¿hay nos das permiso para que hagamos nuestro tablado aquí?, ya nos fastidiamos sin hacer nada, así que les dije que sí”, compartió la sexagenaria.

La mujer explicó que la idea surgió entre sus nietos, tras la suspensión de las corridas de toros en toda la Entidad por la contingencia epidemiológica del COVID-19 y el aburrimiento que ha generado en los menores, la falta de clases presenciales.

Comenzaron a reunir las maderas que consiguieron una vez culminado los trabajos de cortar zacate para caballo; con la ayuda de su padre, los infantes seleccionaron la madera adecuada para armar su palco.

“Ellos acarrearon poco a poco las maderas. Como no salen y además no hay clases, comenzaron a planear cómo lo iban a realizar y una vez que trajeron las maderas, empezaron a armarlo; solo veías que lo armaban y luego lo desbarataban”, precisó.

Con gran ingenio y creatividad, los gemelos Santiago Javier y Carlos Reinaldo Ek Góngora, de 11 años, con la ayuda del pequeño José Eduardo Valencia Ek, de 5 años, fueron recreando el tradicional palco de las corridas de toros.

Para mayor seguridad, adaptaron el peculiar inmueble a varios árboles de ramón que sirvieron como horcón. Los pequeños cuidaron cada detalle, desde las maderas o “bajareques” entrelazados, hasta las tablas para la plataforma y el huano para el techo.

Una vez culminado los trabajos, inició la fiesta; los menores llevaron el coso taurino al patio de la casa de la abuela. Ahora, los infantes quienes viven frente a la casa de mamá Lupe, solo cruzan la calle para jugar.

“Aquí se vienen a distraer, ya sea al mediodía y por la tarde, solo cuando veas están subidos en el tablado; unos hacen del toro, unos gustan desde el palco, hacen de vaqueros y otros torean al toro, ahí se divierten un rato”, expresó.

Por las tardes de “fiesta brava”, también se une María Natalia Ek Góngora, de 9 años y Estefanía Guadalupe Valencia Ek, de 7 años, hermanas de los gemelos y Eduardo.

Los primos disfrutan del “Baxal wakax” (juego de toro) desde hace mes y medio, ofreciendo un singular cuadro propio de las fiestas tradicionales en los municipios, que fueron suspendidas desde el mes de marzo.

Por las tardes, ya es común ver a los infantes dando muestra de su habilidad para lazar el bravo toro, mientras es lidiado por el valiente y osado torero; el momento es ovacionado por las niñas que desde el palco rinden aplausos. Se aviva la alegría y se olvidan las preocupaciones.

El panorama también es un deleite para la señora Guadalupe, quien sentada en la entrada de su predio y a lo lejos, observa cómo juegan y se divierten sanamente sus nietos, un bálsamo en estos tiempos de coronavirus.

Con la construcción del palco, los menores demuestran que no se requiere de gran inversión para divertirse y hacer de la contingencia algo ameno, basta con entusiasmo, creatividad y sobre todo de pasión.

Carlos Ek Uc

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