Yucatán

Entre marginación y pobreza, así será el regreso a clases en Mérida

Familias del sur de Mérida se preparan para el regreso a clases entre marginación y carencias de servicios básicos.
Foto: Martín Zetina

En medio del hambre, las pocas oportunidades laborales, la desigualdad social y la carencia de servicios básicos, 10 familias que viven al Sur de la capital yucateca se preparan para el regreso a clases a distancia, programado de manera oficial para el lunes 24 de agosto.

La mayoría de estas familias no cuenta con un televisor, mucho menos con una computadora que sirva como herramienta en el proceso de enseñanza-aprendizaje, preocupados por este panorama, a las y los jefes de familia no les queda de otra que redoblar los esfuerzos con el pensamiento de que si a ellos no les tocó, al menos tratar que sus hijos e hijas tengan mejores oportunidades para enfrentarse a la vida.

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Estas 10 familias se encuentran ocupando un lote baldío en el Fraccionamiento Roble Alborada de manera irregular, en entrevista aseguraron que la necesidad los obligó a tomar este espacio, “no fue con mala intención”, compartieron.

Indicaron que algunos de ellos vivían en otros puntos de la ciudad antes de que la pandemia por el COVID-19 llegara al Estado, sin embargo, tuvieron que dejar los lugares donde estaban rentando casa y moverse a otro sitio, ya que no podían pagar la renta, así que con sus pocas pertenencias y con sus hijos levantaron unas precarias viviendas en la unidad habitacional mencionada Ahora les toca prepararse para el reinicio de clases, sus hijos estudian en los distintos niveles, desde los que irán por primera vez al preescolar hasta los más grandes que cursarán su educación secundaria, sin tener lo necesario se vislumbra un nuevo ciclo escolar más que complicado.

¿Cómo van a estudiar?

“Antes del COVID 19 llevábamos a nuestros hijos a la escuela y nosotras nos quedábamos en casa a trabajar para sacar dinero, pero ahora ellos no tienen nada, ¿cómo van a estudiar?: cuestionó Aurora Moo.

Los vecinos comentan que a falta de internet, televisión y en general del servicio de luz eléctrica y agua, nada más les queda ponerse de acuerdo con los maestros de sus hijos. La opción es que los docentes envíen por medio de un mensaje al teléfono celular las tareas o las cargas académicas para los menores. El problema de esta estrategia es que no todos los vecinos tienen un teléfono inteligente, como nos explicó la madre de familia Isela Casanova.

Una de las estrategias que padres de familia como Andrés Valenzuela han pensado es con mucho esfuerzo comprar un celular, para que sus niños acudan a un parque y así puedan hacer sus tareas. “Tienen que echarle ganas los chavos, porque ya ves que la situación está dura”, sentenció.

Estos colonos sienten que su situación los deja en una doble o triple desventaja, por un lado no cuentan, como ya se ha indicado, con los servicios básicos, pero por otro lado se sienten desplazados, invisibilizados. “Algunos vecinos nos ven como bichos raros”, externó la señora Aurora Moo, y añadió que no pueden acudir a ellos en caso de necesitar cargar los celulares que servirían para las tareas de sus hijos por prejuicios.

De igual forma comentaron que el regreso a clases reconfigurará la dinámica familiar, pues serán los mismos padres y madres de familia quienes sirvan como apoyo de sus hijos a falta de un profesor presencial, es decir, opinan que al final del día será trabajo doble para ellos. Eso sí, destacaron que no estará del todo mal, ya que en este panorama obligará a los tutores a estar más en contacto con los maestros y maestras.

Confinamiento

Compartieron que ahora no les queda más que redoblar esfuerzos, ya que el inminente inicio de un nuevo ciclo escolar necesariamente se traduce en un esfuerzo extra para adquirir lo necesario. Con familias de hasta 4 hijos, el panorama no pinta fácil y sólo esperan que las medidas de confinamiento se vayan diluyendo poco a poco, en el entendido de que también los menores extrañan ver a sus amigos para jugar con ellos.

Viviendo en improvisadas casitas, algunas de madera como soportes principales, lonas que lo mismo hacen las veces de pared que de techo, sin pisos o baños, estos colonos se encuentran preocupados por el inicio de las clases, pues sobreviven con lo mínimo necesario.

Asimismo sienten temor ante la temporada de huracanes, ya que sus casas no resistirían el paso de un meteoro, el panorama se hace más sombrío, ya que esta temporada 2020 de ciclones tropicales se espera atípicamente activa.

Si bien saben que se encuentran de manera irregular en estos terrenos, argumentan que no están en ese espacio por gusto, sino más bien responde a una necesidad que se agudizó por el paso de la pandemia en el Estado. Piden a las autoridades y actores políticos tener acceso a servicios básicos como luz eléctrica, baños y agua potable. “Que nos volteen a ver, porque vienen para las campañas y luego no los volvemos a ver”, comentaron.

Pobreza en Mérida

De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Yucatán los municipios más pobres –en el 2015– fueron Tahdziú, Chikindzonot, Tixcacalcupul, Mayapán y Tekom, sin embargo, no es necesario trasladarse al interior del Estado, basta con movilizarse al Sur de la ciudad de Mérida para conocer las necesidades que están experimentando familias enteras.

Por lo pronto, estas familias esperarán estoicas el inicio de clases a distancia en un complicado 2020, que representa para ellos un doble o triple esfuerzo para sacar adelante a sus hijos buscando un mejor futuro para ellos. Se han deshecho de electrodomésticos para poder solventar sus gastos, de cualquier forma dicen que no hay luz para conectarlos, esperan salir adelante porque su ánimo pese a las adversidades no decae, tienen la mirada fija en un mejor futuro.

Por Guillermo Castillo

Por Redacción Digital Por Esto!

JG