La pandemia ha dejado a mucha gente sin trabajo, pero también ha obligado a otros a ganarse el sustento diario saliendo a la calle y, en este escenario, hay menores de edad que hoy se observan por diferentes puntos, ya sea vendiendo dulces o frutas, tortillas y demás artículos.
De acuerdo con el Balance 2019 de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), en la entidad laboran alrededor de 68 mil niños y niñas menores de 17 años, quienes participan en diferentes actividades económicas.
Para ese año, la agrupación reporta que en México, la mitad de la población infantil y adolescente vive en pobreza. Si son indígenas, 8 de cada 10 viven en pobreza extrema y ésta es una de las principales causas que les lleva a realizar actividades económicas para cubrir sus necesidades básicas y apoyar a su familia.
Se menciona que las afectaciones a su desarrollo son mayores si el trabajo lo realizan fuera de sus comunidades y sin el acompañamiento familiar.
“Actualmente siguen trabajando 3.2 millones de niñas, niños y adolescentes. De este universo, 3.2 millones (11%) realizaron trabajo infantil, siendo 62.7%. hombres y 37.3%, mujeres. En el 2015, 887 mil niños y niñas se encontraban por debajo de la edad mínima permitida para trabajar, 67% eran niños y 33% corresponde a niñas”, señala el informe con datos a nivel nacional.
Para el caso de Yucatán, se expone que el 13.9 por ciento de la población menor de 17 años trabaja en alguna actividad económica, lo que significa alrededor de 68 mil niños y niñas.
COVID-19 obliga
El junio pasado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó sobre el hecho de que el COVID-19 ocasiona que niños, niñas y adolescentes se vean orillados a trabajar para contribuir con el ingreso familiar.
En este escenario, se menciona que en México alrededor de 177 mil menores tendrían que salir a trabajar por primera vez.
Señala que el coronavirus impulsará un aumento de al menos 5.5 por ciento en el trabajo infantil en México.
En la zona de la terminal de camiones del ADO se puede observar a menudo, por ejemplo, a un pequeño que anda solo con una carriola y en ella transporta limones que vende a quienes lo solicitan. Este pequeño narró al reportero que sale a la calle a vender limones para poder ayudar a su mamá y a veces también otro tipo de frutas.
Vende is-waj
En el mismo caso, otro pequeño que anda por el Centro de Salud de Umán vende tortillas azucaradas de maíz tierno (is-waj). Ahí las ofrece a todo el que pasa y, aunque a veces su mamá lo acompaña, en otras sale solo a hacer la venta.
“A 15 pesos, son is-waj”, dijo.
“¿Quién las prepara?”.
“Mi mamá y vendo como 15 ó 20 al día. Salgo a vender desde las 8 de la mañana y regreso a mi casa cuando ya acabo de vender y lo hago para ayudar a mi mamá”, expuso, y añadió que tiene 4 hermanos y que él es el más grande
En la Avenida Mérida 2000 con la Avenida Juan Pablo II, otro pequeño vende chicharrones con chile a 10 pesos. Camina de un lado a otro con su canasta roja llena de las frituras y, según comentó, a veces también se acompaña de su mamá, ellos son de Chiapas.
“Son a 10 pesos, tengo papa, cuadrado, círculo, palito”, señala.
“¿Qué edad tienes?”.
“Yo voy para los 14”, señaló.
Todos los pequeños salen a vender para ayudar a su familia en esta pandemia, pero también son vulnerables y, aunque todos ellos llevan su respectivo cubrebocas, es latente el riesgo que enfrentan. De igual forma, se pueden ver niños de Chiapas en las calles del Centro de Mérida con su cajita llena de dulces y cigarros, caminando de un lado a otro, vendiendo su producto.
Por David Rico