Aunque en un principio se informó que sería muy difícil llevar al cabo el bordeo marino con el Cristo Negro, porque tendría que contar con el permiso de la Arquidiócesis de Yucatán y de la Capitanía de Puerto, a fin de cuentas esta mañana se realizó ese festejo religioso.
Contrario a otros años, debido a la pandemia, que evita toda clase de eventos con aglomeraciones, en la que participaban unas 300 embarcaciones, este domingo escasas lanchas tomaron parte en el paseo marino que encabezó la venerada imagen.
Tomando toda clase de precauciones por la contingencia sanitaria, los custodios del Santo Cristo asistieron a la celebración religiosa con cubrebocas y guantes para trasladar la efigie de la iglesia de San José de este puerto a la playa para embarcarlo en el mar.
Las contadas naves que tomaron parte en el paseo por mar fueron adornadas con globos de colores. Como se hace cada año, la venerada imagen fue subida a la lancha “Santa Rita”, propiedad del señor Joel Zamora Gómez.
Incluso el párroco de la iglesia local, Francisco Kantún Medina, tomó parte en el paseo marino, que en esta ocasión incluyó un área del puerto de abrigo. Como siempre, música de una charanga, que viajó en la lancha donde se colocó al Cristo, amenizó el festejo religioso.
Uno de los custodios dijo que esta actividad se realizó para no perder el hilo de las importantes tradiciones religiosas de Yucatán. Al terminar esta celebración, según lo planeado, este lunes 31 la venerada imagen será devuelta a la iglesia de San Francisco de Asís de la cabecera municipal, Hunucmá.
Ramón Reyna Fernández