Menos de la mitad de los 3,000 locales de los mercados San Benito y Lucas de Gálvez se encuentran cerrados, porque los propietarios han preferido no abrir por la contingencia del COVID-19, informó Fernando Aguiar Sierra, subdirector de Mercados del Ayuntamiento de Mérida, y agregó que se realiza un estricto control en la entrada de los diferentes centros de abasto de la ciudad mediante filtros sanitarios.
El funcionario municipal indicó que el Lucas de Gálvez tiene un padrón de 1,800 locales, mientras que el San Benito de 1,200, sin embargo no se tiene un censo de cuántos permanecen cerrados por la pandemia sanitaria, pero menos de la mitad están abriendo.
Muchos han preferido mantener cerrado su espacio porque son adultos mayores o se encuentran entre los grupos de riesgo, indicó.
Durante un recorrido por el Lucas de Gálvez, tan sólo en el pasillo 2 donde se ubican 44 locales sólo 15 estaban abiertos y 29 tenían bajadas las cortinas.
Acceso vigilado
El administrador indicó que el acceso a los mercados es vigilado por personal que toma la temperatura y aplica gel desinfectante, con tres entradas en el Lucas de Gálvez y 4 en el San Benito.
Aunque hay molestias de la población por las restricciones a mujeres embarazadas, así como a menores y a los adultos mayores, no se les puede impedir el paso, pero se les hace la indicación de que mantengan la sana distancia por ser población de riesgo.
Las mismas medidas que se aplican en los dos mercados principales se realizan en otros sitios como el García Rejón, Santa Ana, Chembech, San Roque, Mulsay, San Sebastián, Chuburná, Cordemex, así como los de las comisarías de Caucel y Cholul.
Aguiar Sierra dijo que están recomendando a la gente que acuda sólo una persona por familia, que use cubrebocas y de preferencia lleve careta para evitar el aumento de contagios.
Ventas, a la baja
Locatarios entrevistados coincidieron en que las ventas desde que se abrieron los establecimientos han sido bajas, por los filtros sanitarios y las medidas restrictivas de las autoridades, pero sobre todo porque la gente tiene miedo de salir y prefiere ir al supermercado.
El señor Edwin García, quien se dedica a la venta de pescado frito, comentó que las ventas están muy bajas porque la gente no entra al mercado, de por sí la economía está lastimada y con los filtros sanitarios mucha gente ya no entra.
La comerciante de especies y condimentos María José Castillo dijo que las ventas van muy malas, ya que la gente prefiere ir al súper; sin embargo, algo que puedan ganar es bueno ya que si se vuelve a cerrar el mercado por el Semáforo Rojo nos vamos a morir, pero de hambre, señaló.
Manuel González dijo que la gente dejó de ir desde que fue cerrado el mercado por la ola de muertes que se dio en el área de carniceros, pero ahora que se abrió la gente aún no tiene la confianza y prefiere ir al súper cuando allí es peor, porque el virus está en el ambiente por el aire acondicionado.
El señor Julio Rejón, quien tiene un negocio de accesorios para teléfonos celulares en el San Benito, dijo que ya tiene cuatro meses con su local cerrado, pero así va a continuar porque al ir a trabajar se exponen él y también su familia.
Por Alejandro Moreno Peña