Yucatán

Restauranteros y artesanos de Tixkokob suman esfuerzos contra el COVID-19

A fin de avanzar en esta contingencia sanitaria, restauranteros y artesanos suman sus esfuerzos para salir adelante.
Foto: Martín Zetina

El apoyo mutuo entre restauranteros y artesanos de Tixkokob es una estrategia que ha contribuido a los empresarios a permear los efectos económicos causados por la pandemia del COVID-19, dijo Karina Alejandra Lara Puerto, propietaria del restaurante “Pueblo Pibil” de Tixkokob.

Explicó que su pueblo es reconocido por el urdido de hamacas con los cuales se apoyan para promoverse ambos, es decir, cuando una persona va en busca de una hamaca éstos promueven a los restauranteros y cuando alguien visita el restaurante, hacen lo propio con sus clientes.

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Es una combinación efectiva que nos ha dado resultados muy buenos, dijo Lara Puerto, que recordó comenzaron a funcionar a mediados de junio y, a la fecha, sus niveles de venta no son tan bajas en comparación con otros giros comerciales y muchos de ellos no sobrevivieron al confinamiento sanitario por la presencia del COVID-19, al permanecer cerrados los meses de marzo, abril, mayo y parte de junio.

Es un orgullo ser heredera de un gran legado que nos dejaron nuestros ancestros, como el cuidar y preservar la comida yucateca, tal como lo hicieron nuestros antepasados “enterrada” y con todos los ingredientes originales, dijo Karina Alejandra Lara Puerto, propietaria del restaurante “Pueblo Pibil” de Tixkokob, especialmente la cochinita pibil, que consideró como la reina de los platillos yucatecos.

Antes de la pandemia el establecimiento contaba con 24 empleados, muchos originarios de las comisarías cercanas como Ekmul, Hubilá y Tixkokob, actualmente son cuatro como establece el Semáforo Naranja, que son conocedores de los guisos tradicionales.

Emoción y orgullo

Comentó que hoy, en el marco de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Originarios o Indígenas, podemos mencionar que entre los mayas actuales hay reconocidos médicos, maestros, ingenieros, chefs y no sólo cocineros.

Por eso para mí es una gran emoción saber que somos un pueblo originario capaz de adaptarse a los cambios y darle a la comida yucateca el lugar que se merece, especialmente la cochinita pibil, que con un buen montaje de mesa compite con los mejores platillos internacionales y hemos marcado una tendencia, un antes y un después de cómo se elabora tan exquisito platillo regional que coloca a Yucatán en el plano nacional e internacional.

Empresa que dijo comenzó hace tres años (17 de diciembre del 2017) y espera seguir creciendo, como ejemplo, dijo que cuenta con una sucursal en Mérida y otra estrategia similar que le ha funcionado para sobrevivir es la carne que compra a los que elaboran carne asada y ahumada en Temozón, así como a los fabricantes de longaniza en Valladolid, incluso a los que elaboran el “pibihua” en Valladolid, productos que compran y posteriormente los venden en esta capital, en el local 5 de Plaza Montebello por Avenida García Lavín.

Satisfacción

Por su parte, Gabriel Urbano Canché Ek, cocinero del restaurante “Rey Tutul Xiu”, dijo que tiene 21 años laborando en esa empresa que inició en Maní y es una gran satisfacción personal el haber aprendido a elaborar platillos yucatecos.

Desde pequeño, recordó, siempre me sentí atraído por la comida yucateca y por cosas del destino llegué a esta familia, dueña del restaurante fundado por Salvador Pérez (q.e.p.d.) y ahora con su esposa doña María, a los que agradece haberle enseñado esa profesión, cuya labor es bonita porque apoya a mucha gente del pueblo dándole trabajo, personas que a pesar de no tener una escolaridad alta son muy emprendedoras y visionarias, por lo que siente mucho orgullo de formar parte de la empresa.

Quiero comentar que sólo concluí la educación secundaria, pero no me arrepiento de todo lo que he logrado, para empezar dijo que debió nacer en Cantamayec, pero finalmente vio la luz primera en Ticul, donde su abuela le enseñó a hablar en maya y de eso estoy muy orgulloso.

Lástima que la modernidad hace que cambie la mentalidad de los indígenas mayas, al grado de que muchos ya no valoran esa lengua y hasta se avergüenzan y han dejado de hablarla, cuando hay extranjeros que atraídos por la cultura maya vienen a nuestro Estado para saber más de nuestra historia, nuestras tradiciones y costumbres, que estamos perdiendo.

Aprovechó la ocasión para enviar a las futuras generaciones el siguiente mensaje: “Cualquier persona es capaz de llevar a cabo las ideas siempre y cuando esas ideas y planes de vida, en esta tierra, sean buenas y si ellos tiene una buena visión de la vida, todo les va a salir bien”.

Por eso le da gusto que haya personas interesadas por preservar la lengua maya y, sobre todo, que sepan valorarla porque es un orgullo hablar la maya, estoy contento y feliz, y agradezco a Dios y a la vida saber de nuestras tradiciones y costumbres y sobre todo a trabajar.

No hay secreto

Por otra parte, dijo que la cocina yucateca no tiene ningún secreto, es decir, que cualquiera la puede elaborar, pero para que tenga buen sabor hay que saberla sazonar y ponerle muchas ganas y entusiasmo, de hacerla a la antigua y con los condimentos indicados.

Insistió en que ningún platillo es complicado porque nuestra región es muy abundante en la producción de condimentos y productos para cocinar, por ejemplo, la sopa de lima, el escabeche, el relleno negro y el platillo que distingue a la empresa como lo es el poc chuc, que en maya significa cocinado al carbón, que no es lo mismo que la carne asada, que en maya se dice kahbi bak.

Por Víctor Lara Martínez

Por Redacción Digital Por Esto!

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