Yucatán

Taxistas del Lucas de Gálvez se benefician con el Plan de Movilidad en Mérida

Con el paso de los días, usuarios del transporrte público comienzan a ubicar mejor sus paraderos; taxistas del Lucas de Gálvez se ven beneficiados.
Foto: Matín Zetina

Conforme pasan los días los usuarios del transporte público comienzan a ubicar mejor los paraderos; sin embargo, como en todo cambio hay quienes manifiestan su desagrado por esta reubicación.

Algunos de los beneficiados son los taxistas que llevan a la gente hasta su transporte.

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De acuerdo con el personal que ofrece información a la gente sobre el cambio de los paraderos, así como taxistas, paulatinamente la gente y los automovilistas se han ido adaptando a los cambios del Plan de Mejora a la Movilidad Urbana para el Centro Histórico de Mérida y si bien han disminuido las dudas, todavía prevalece algo de descontento, principalmente por el cambio de paraderos que ha generado que algunas personas tengan que caminar más de lo que acostumbraban.

Los que han sentido un impacto positivo son los taxistas que tienen su sitio en la contra esquina del mercado Lucas de Gálvez, pues algunas personas los alquilan para que los lleven a su paradero y evitarse la caminata y ya encarrerados, a veces piden que se les lleve hasta su domicilio. La gente también ve como un avance y algo positivo que ya no haya camiones que generaban tráfico.

Algunas de las personas habilitadas para orientar a la ciudadanía mencionaron que hay menos confusión, quienes van todos los días al centro ya conocen donde están sus paraderos, pero está quienes desconocen la reubicación por ser la primera vez que regresan al primer cuadro de la capital yucateca.

Ramón Antonio Tuz Fernández expuso en este sentido que la situación ha mejorado luego de una semana de aplicarse las modificaciones y ya no hay la confusión que se dio los primeros días, “porque la mayoría ya sabe dónde queda su paradero y sólo los que no habían llegado por acá están preguntando”.

Pero, aun así, dijo, hay gente que sigue molesta y aunque hay incluso “mentadas de madre”, no se lo toman personal pues es parte del enojo.

Entrevistado en el módulo que se puso cerca de la oficina de ex Correos, mencionó que al estar en un lugar central, los usuarios del transporte le consultan la ubicación de las rutas que van al sur, oriente,  poniente y norte.

“Los primeros días sí hubo mucha confusión y descontento, también insultos, pero nada grave. La gente que trabaja ya conoce su ruta y creo que poco a poco se irá avanzando”, comentó.

Katia del Rosario Olmos Cortés, otra de las personas que se dedica a orientar a la gente, añadió que lo difícil fue, tal vez, los primeros 4 días que se empezó a aplicar el programa.

“La gente, además de preguntarte donde está su paradero, te cuestionaban el por qué, pero pues nosotros sólo estamos para dar orientación y entendemos que a veces se molesten”.

“Los trabajadores ya saben sus rutas, creo que en eso ya no hay problema, los que están preguntando ahora son los que sólo vienen el fin de semana al centro y no saben bien como está la cosa”, expresó.

Para el joven Jesús Koyoc, quien anda con motocicleta en el primer cuadro, dijo que lo difícil para él fue el primer día, porque había mucho tráfico y había confusión, pero consideró que a menudo que han avanzado los días ha mejorado la situación.

“Yo pienso que hubo confusión y mucho tráfico, pero sí ha mejorado porque ya no hay tantos camiones; porque ellos son los que hacían el relajo. Creo que ahora hay más seguridad, aunque sí hay muchos conos que a veces te desorientan”, expuso.

José Iuit es taxista del sitio que está en contra esquina del mercado Lucas de Gálvez, comentó que para él ha sido bueno el cambio, porque hay menos relajo sin los camiones.

“Los camiones hacían el tráfico, se paraban donde querían, bloqueaban las calles, además del humo y el ruido; yo creo que está bien como se hizo”, enfatizó.

Añadió que para los taxistas del lugar sí ha habido un cierto beneficio, “tampoco mucho”, porque hay quien sale del centro de abasto con sus compras y para no caminar al paradero que quedó a varias cuadras, ocupan un taxi, aunque tengan que pagar alrededor de 25 pesos.

“Y también hay quien te pide el viaje para llegar a su paradero y ya bien acomodados se animan para que los lleves a su casa y terminan pagando alrededor de 40 pesos; les resulta y lo ven bien”, dijo.

“El tráfico sí disminuyó, el centro está más tranquilo, porque con los camiones estaba muy complicado”, agregó.

Para la señora Lorena Arceo Fernández, sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, porque ella sigue reclamando que el paradero le quedó muy lejos. Antes salía de hacer sus compras en el mercado y caminaba una calle para agarrar su combi que estaba en la calle 58 con 65. Ahora tiene que caminar unas cuantas cuadras más, hasta la calle 69.

“Para mí está muy mal, está pésimo, porque ahora tengo que caminar más con mis compras, tengo 65 años y nadie me ayuda, ni tengo dinero para pagar un taxi. A veces, si tengo suerte, pasa el Circuito Enlace y camino como dos cuadras y medio, pero si no camino como 8”, aseguró.

Las amigas Cecy Nahuat y Diana Gutiérrez estaban ayer algo perdidas. Primero solicitaron información al personal de un módulo que estaba en la zona del parque Eulogio Rosado. Más tarde estaban paradas tratando de ubicar su paradero en una mampara en el Pasaje Emilio Seijo.

“La verdad sí andamos algo perdidas, porque es la primera vez que venimos al centro y sí vemos que hay que caminar más y hay mucho sol”, dijo Cecy Nahuat.

En sus casos, una buscaba el camión que la llevara a Juan Pablo II, en el poniente de Mérida, y la otra a San Haroldo, en Kanasín.

Mientras tanto, ayer el día lució tranquilo en el primer cuadro, con las calles semivacías y buena parte del comercio cerrado, poco tráfico y un avance en la colocación de macetas.

Los recipientes con las respectivas plantas ya se ubican en toda la calle 60, desde la 69 hasta la 57, con lo que ya empieza a tomar forma el arbolado que trae consigo el proyecto.

Por David Rico