Armín Puerto Ceballos, chef mexicano oriundo de Hunucmá, se convirtió en el primero en llevar la cocina local a la India, Medio Oriente y Europa.
Es hijo del torero Armín Puerto, el “Maya”, y la maestra Hilda Josefina Ceballos, de joven intentó seguir los pasos de su padre en la carrera de la tauromaquia, pero en los años 90 sufrió dos cornadas que le impidieron continuar con su sueño de ser torero.
Por las necesidades familiares, al nacer su primer hijo, comenzó a trabajar en el gobierno, pero no ganaba lo suficiente y tampoco gozaba de los servicios médicos que le dieran la seguridad y tranquilidad ante la proximidad del nacimiento del bebé, por lo que decidió trasladarse a la ciudad de Cancún, en busca de otras oportunidades.
En esa ciudad se empleó como cocinero en un restaurante de origen árabe, con las enseñanzas de cocineros oriundos de esta población de Hunucmá, aprendió a cocinar la cochinita, el nixtamal, la masa para los sopes, panuchos, empanadas, tortillas y otros antojitos a base de maíz.
Por un tiempo radicó en la Ciudad de México, donde aprendió a cocinar la barbacoa, los mixiotes y otros guisos del centro de la República mexicana.
Y fue entonces cuando un amigo piloto de una aerolínea mexicana le propuso viajar a Dubái a probar suerte con el trabajo de chef, llevando a Londres, Francia y al Medio Oriente la cocina yucateca.
Así comenzó la gran aventura de llevar la cocina mexicana y yucateca al otro lado del mundo, y con el buen trabajo y esfuerzo, en el año 2011, una revista de gastronomía de Europa le otorgó 3 premios, lo que dio como resultado la promoción de nuestros guisos.
En una entrevista telefónica, el conocido chef comentó que en Irlanda dio a conocer los guisos a base de marisco, como pulpo en su tinta, camarón al mojo de ajo, y otros, los que también fueron aceptados por los clientes europeos de países como Francia y España.
Para finalizar, dijo que en Bombay, India, lleva tres años en un restaurante en el que la especialidad son los antojitos yucatecos, sopes, panuchos, empanadas, chayitas, polcanes, entre otros.
Comentó que su mayor secreto en el arte culinario es que él mismo fabrica los aderezos y recados, que aprendió con Dino Férreas, un gran cocinero de Hunucmá.
“Extraño a mis amigos y familiares de Hunucmá. Y espero poder visitarlos, aunque ahora no se puede viajar por que me estoy cuidando de los contagios del COVID-19, pero confío que con la vacuna todo mejore y ya pronto pueda ir a mi querido pueblo a saludar a familiares y conocidos”, concluyó.
JG