Con sus trajes regionales y vestimentas típicas, acompañados de estandartes y pabellones tricolores, los integrantes del Gremio de Apicultores, caminaron por las principales calles de esta ciudad con lo que se da inicio las tradicionales “Noches de Octubre”, esto como marco a los festejos al “Santísimo Sacramento del Altar”, mismo que concluirá este 31 de octubre. Los creyentes arribaron a la Iglesia de San Servacio a las 12:00 horas.
Al respecto, el presidente municipal, Alfredo Fernández, y el jefe del departamento de Asuntos Religiosos, Edwin Núñez invitaron a la comunidad en general a disfrutar de las actividades festivas y religiosas con las respectivas medidas de higiene y seguridad.
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“Si bien la situación ya está permitiendo la apertura de más actividades, eso no quiere decir que bajemos la guardia, hay que seguir cuidándonos y respetando los protocolos dispuestos por la Secretaría de Salud”, subrayó el directivo religioso.
Historia de las Noches de Octubre
De acuerdo al libro “Valladolid en la nostalgia” del escritor y cronista Vallisoletano Néstor Aguilar Pérez (q.e.p.d.), las festividades de las “Noches de Octubre” en honor al Santísimo Sacramento datan del año de 1878 y se originaron como una acción de gracias después de que desapareció una epidemia de lepra que había diezmado a la población desde 1875.
La epidemia fue muy grave, ya que la enfermedad era incurable y contagiosa, además de que no había suficiente espacio para recluirlas, por lo que se habilitó una casa abandonada desde la Guerra de Castas en el suburbio de Sisal. El relato explicó que luego de la epidemia se destruyó la vivienda, y se construyó otra, la cual funcionó como hospital de la ciudad hasta 1955, cuando también se demolió y se erigió de nuevo.
Unos enfermos de lepra de ese albergue encontraron unas flores amarillas en la plaza de Sisal y a rastras llegaron hasta la parroquia de San Servasio, en el Centro del poblado, con el fin de ofrendarlas, así fue que sus familiares contaron que un haz de luz procedente del altar, donde se encuentra el Santísimo Sacramento bañó a los enfermos y antes de que concluya octubre obtuvieron la sanación de ese mal que les causaba mucho dolor.
Es así a como la voz corrió por toda la población y llegó a otras vecinas, por lo que empezaron a llegar distintos peregrinos en animales de carga que tenían que pernoctar, porque en aquella época no había vehículos para retornar a sus comunidades por las noches, por lo que empezaron a celebrarse las noches de octubre que alegraban con antorchas y luces de aceite en las candilejas.
Con eso se iluminaba alrededor del templo y la plaza, donde sólo había un kiosco central, que servía a músicos de tribuna, así como para actos políticos. Los agricultores desde tiempo atrás llevaban mazorcas, cabezas de venados, y otras ofrendas como ramilletes, atole nuevo y otras cosechas, todo en el sentido estricto para reforzar la fe al Santísimo Sacramento del Altar.
El primer gremio que fue el de “Zapateros”, posteriormente se les sumaron “Los talabarteros” y “Los curtidores” quienes conformaban una sola agrupación.
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JG