Entre rezos y voladores, se realizó anoche la octava procesión dedicada a la Santa Muerte, en la que más de 300 seguidores manifestaron su devoción, caminando desde la colonia Xoclán Susulá, en Mérida, Yucatán, hasta su santuario ubicado en la colonia Mercedes Barrera.
“¡Que viva la Santa Muerte!”, gritaban los fieles.
“¡Oh preciosísima! ¡Divinísima! ¡Santa Muerte! ¡Sálvanos a nosotros y al mundo entero!”, eran parte de las jaculatorias que enunciaban los fieles, algunos provenientes de Playa del Carmen y Valladolid.
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La peregrinación inició a las 22:30 horas partiendo desde la boutique y esotérica la Catrina, ubicada en la avenida Juan Pablo II entre 113 y 115 de la colonia Xoclán Susulá. En ese lugar, los devotos realizaron oraciones y recordaron a la hermana Mimí, quien falleció recientemente y era fiel seguidora del culto.
“Por nuestra Hermana Mimí, piedra angular de este altar, que en su memoria, cada año, perseveremos en su fe, de tu culto y de tu devoción”, rememoró Karla Campos López, guía espiritual del santuario a la Santa Muerte en la Melitón Salazar, quien encabezó las oraciones.
Después de esto, algunos fieles comenzaron a caminar por la avenida Juan Pablo II, cargando las imágenes de la Niña Blanca, mientras que otros iban a bordo de vehículos motorizados y automóviles, e incluso calesas tiradas por caballos formaban parte del contingente. Cabe señalar que el contingente fue resguardado por elementos de la Policía Estatal.
Su primera parada fue en el Cementerio Xoclán, en el que realizaron una oración de invocación, para pedir que los acompañe en su peregrinar. Al finalizar, los fieles continuaron su recorrido, por las calles del Poniente Sur, para visitar dos altares más, hasta llegar a su Santuario ubicado en la colonia Mercedes Barrera.
En entrevista con POR ESTO!, Wences, encargado de la Hermandad de Quintana Roo, comentó que vino peregrinando desde Playa del Carmen, con un grupo de 57 fieles, para entregar devoción y fe a su Señora Negra.
“Por cuestiones de celebraciones propias, no habíamos podido venir, pero en esta ocasión decidimos todo el grupo venir a hermanarnos, que es lo que tanto nos pide nuestra fe, nuestra hermandad, con la bandera de la fe en alto”, contó.
Por su parte, Mariana Che contó que empezó a ser devota por sus hijos debido a que ellos son seguidores del culto. Asimismo, indicó que la Santa Muerte le ha concedido muchos favores y siempre le pide a la Santa Muerte por la salud de sus hijos.
Amairani contó que una “madrina” le regaló la primera imagen de la Santa Muerte, asegurándole que no debía tener miedo. La joven comentó que en un principio tenía miedo de pedirle cosas, pero luego comenzó a aferrarse a la devoción.
“Empecé a creer en ella, porque estaba viviendo en un momento difícil en mi vida, cuando me enteré de muchas cosas malas que me estaban haciendo, personas de mi familia. Al principio tenía miedo, porque pensaba que era malo, son cosas del diablo”, relató la mujer.
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JG