El oficio de mecánico para veletas de extracción de agua está a punto de desaparecer, pues conforme avanza la ampliación de las redes eléctricas y el uso de paneles solares, el empleo de estas en varios ranchos queda rezagado y empiezan a utilizar motores impulsados por la electricidad.
Luis Armando Chan Sosa, conocido como "Chino", quien a lo largo de 30 años se ha estado actualizando para seguir brindando el servicio de instalación y mantenimiento de bombas sumergibles y de gasolina.
Noticia destacada
Ejidatarios de Tizimín defenderán terreno contra Tecnológico ante Tribunal Agrario
En esta ciudad, solamente dos personas se dedican a la reparación de veletas pues conforme avanza la tecnología, estos aparatos impulsados por el viento y que no consumen energía fósil, están desapareciendo relató el mecánico.
Noticia destacada
Mujeres de Antorcha Campesina se manifiestan frente al Palacio Municipal en Tizimín
Estos instrumentos aún son muy útiles para la extracción del agua, en los ranchos donde aún no hay energía eléctrica, pero poco a poco las están desplazando por bombas de gasolina y sumergibles impulsadas por energía eléctrica, aseveró el entrevistado.
El popular "Chino", quien se dedica a la reparación de estos aparatos, platicó cómo fue su inicio en este oficio: “llevo reparando veletas desde hace 30 años, este trabajo lo aprendí de la familia Ayala Díaz, antiguos veleteros, que me heredaron este talento, con ello me gano la vida y solvento los gastos de mi familia”, indicó.
El trabajo además de ser riesgoso por la altura a la que suben para desarmar, también deben bajarlo con mucho cuidado ya que la veleta está fabricada de hierro colado o de aluminio y puede dañarse si cae. “El problema es bajarla, existe mayor dificultad cuando los tornillos están desgastados, muchas veces hay que cortar, subirla es más fácil porque todo es nuevo”, señala el entrevistado.
La veleta o molino de viento sigue siendo un instrumento mecánico ecológico por excelencia en los ranchos donde no hay energía eléctrica, además de ser económico el mantenimiento; sin embargo, resulta costoso cuando se compra, pero cada ocho meses o el año, se le da mantenimiento. Por ejemplo, el mantenimiento de los casquetes (pieza que se encarga de succionar o jalar el agua) el costo es de mil 200 pesos, cuando el motor sufre un desperfecto mil 500 pesos.
Chino reveló que hay veletas de ocho metros como de la marca Las Argentinas, de 12 metros la de Aire Motor y las más altas, la Chicago de 15 metros.
Muchas veces nos piden el servicio de armado, pero ya compraron la veleta y están demasiados altos, lo que representa un problema ya que el viento la va a estar volteando, para eso se hacen estudios de la velocidad del viento y topografía del terreno para comprar una acorde a la intensidad de los vientos.
Una veleta puede bombear hasta 40 litros de agua por segundo si el aire es continuo, también tiene que ver el tamaño del cilindro.
Por último, explicó que a lo largo de los años, sus conocimientos y experiencia le han enseñado algunos peligros al descender en los pozos ya que algunos tienen gases o como le dicen en nuestra zona, tiene “Tuzic”, entonces al descender al fondo uno se detiene y respira normal si se dificulta la respiración hay que sacar a la persona inmediatamente o puede morir; reveló que al pozo más profundo que ha descendido es de 25 metros, pero normalmente en la zona las oquedades subterráneas tienen 18 metros.
El Chino y su pequeño equipo de trabajo, conformado por su hijo y sobrino, arman veletas nuevas, reparan las aspas, cambian, arman tuberías, colocan flotadores en las pilas de los corrales, al igual se han especializado conforme avanza la tecnología; ahora instalan motores de gasolina, bombas sumergibles a fin de que tengan para el sustento familiar.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
aarl