Las posadas son una festividad que en Yucatán y el resto del país sigue estando vigente a pesar de los años y de la pandemia, ya que por el COVID-19 se vio afectada esta tradición, dijo al POR ESTO! Gilberto Pérez Cen, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Según el párroco, las posadas son una festividad de origen religioso y propia de la cultura mexicana que viene celebrándose desde la época prehispánica, pero su sincretismo con la religión católica le dio el carácter que ahora todos conocemos.
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Tradicionalmente, inician nueve días antes de la fecha de Navidad, es decir, el 16 de diciembre y corresponde a una festividad con matices folclóricos muy diversos que muestran la riqueza cultural y autóctona de cada Estado.
Comentó que los centros pastoral son los encargados de realizar la organización de sus posadas, ya que en estas, las personas deciden cuántos días destinarán a las reuniones, pues varía en cada Entidad, por lo que pueden optar realizar visitas los 9 días, o 3 días o inclusive solo un día, pero el objetivo es hacer que las personas reflexionen previo a las celebraciones navideñas.
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Pese a que en un inicio las posadas nacen como una tradición cultural con raíces religiosas, razón por la cual en muchos Estados se inauguran con villancicos y cantos de letanías, lo cierto es que, actualmente, muchas personas realizan sus propias reuniones de acuerdo a sus propios gustos o creencias, sin necesidad de enfocarse en el aspecto católico de la festividad.
Algunos fieles se disfrazan de personajes como José o de la Virgen para recrear de forma viva los acontecimientos que los obligaron a trasladarse a Belén, otros simplemente realizan un acto representativo del peregrinaje cargando a figuras de los santos. De igual manera, los propios fieles son los que se organizan en grupos y realizan el peregrinaje de puerta en puerta pidiendo ayuda para conseguir una posada donde simbólicamente nacerá Jesús.
A la llegada se reza y durante el convivio se reparten bocadillos que el anfitrión de la casa le brinda a los peregrinos, donde al final se rompen las piñatas, que originalmente eran vasijas de barro de origen prehispánico que se hacían para rendirles honores a los dioses. Hoy en día estas piñatas están rellenas de dulces y caramelos y son hechas con papel periódico y pegamento, y fue la doctrina cristiana la que instituyó su cambió de forma a la de la estrella de siete picos, en simbolismo de los siete pecados capitales, los cuales deben ser superados por el creyente que, con los ojos cerrados, se enfrenta a ellos.
Esta temporada, los centros parroquiales se han visto obligados a no llevar a cabo esta costumbre, pero, a pesar de ello, se pueden realizar en casa y en grupos reducidos. En algunos centros parroquiales, antes de la pandemia, se reunían más de 100 fieles, pero a pesar del semáforo verde no se realizará ningún evento de esta magnitud.
Por último, el párroco hace una invitación a seguirnos cuidándonos, e invita a que si se van a realizar estas reuniones se tomen en cuenta las medidas de prevención. En este mismo sentido platicamos con un ciudadano que está organizando un posada para jóvenes en su iglesia ‘redimidos en Dios’ o mejor conocida como RED Mérida que será este sábado 18 de diciembre a las 18:00 horas en la calle 40 #487h entre 55 y 57 del Centro donde habrá música en vivo, dinámicas y convivencia sana, para cualquier información se invita a los interesados a comunicarse con el Facebook de redMérida o a los teléfonos 9992 39 70 99.
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CC