“No hay nada mejor que vivir donde uno nace. No hay nada mejor que vivir en la tierra donde uno nació”, dijo ayer emocionado Luis Canul Basulto, quien manifestó que llegó para fijar su residencia en Tekit, Yucatán, después de vivir 12 años en San Francisco, California.
“Acá es vida, allá (en los Estados Unidos) se gana bien, pero y para vivir bien, hay que trabajar día y noche para solventar los gastos, pagar la renta, teléfono, luz, etc.” dijo el recién llegado.
Agregó que como la mayor parte de los yucatecos, se fue con la ilusión de probar suerte y hacer realidad el sueño americano, pero al llegar a ese país, pudo constatar que las cosas no son como “se pintan” o se imaginaba, y conforme van pasado los días, los meses y los años, uno se va dando cuenta que definitivamente no hay nada igual como vivir en la tierra donde una nace.
Agradeció que su esposa e hijos lo hayan recibido, a las cuales extrañaba mucho y deseaba estar con ellos todo el tiempo, “por suerte logré hallar trabajo en uno de los muchos restaurantes que hay en esa ciudad, donde la gastronomía yucateca es muy apreciada y demandada, tanto que hay extranjeros dedicados a la venta de platillos yucatecos, una de ellas es una japonesa que inclusive sabe hablar maya”.
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“Los Estados Unidos de Norteamérica es un país muy bonito, pero también se sufre, donde los migrantes sólo trabajan los 365 días del año, incluso pasan malas noches, si no vea mis ojeras, porque no hay vacaciones, sábados y domingos, ni días festivos, si no que me desmienta mi compañero José Alfredo Pérez, también originario de Tekit”, manifestó.
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CC