El uso de juguetes sexuales, sea en la práctica individual o en la vida de pareja, aún es visto como un tabú por algunas personas, pese a que estos artículos pueden llevar un autoconocimiento del amor propio o darle variedad a la vida sexual conyugal. Así lo declaró la sexóloga Flor González Velázquez.
La especialista indicó que algunos hombres, en ciertas circunstancias, consideran los juguetes sexuales como una competencia, cuando en realidad estos objetos pueden ser utilizados como un complemento en las prácticas de las parejas.
“Los juguetes sexuales pueden servir para que la pasión en la vida de pareja se reavive, darle un poco más de sabor a la vida sexual. Para el 14 de febrero lo ideal sería que cada persona se pudiese comprar uno”, comentó.
La especialista explicó que el uso de los juguetes sexuales en las mujeres trae consigo ciertos beneficios, además de los psicológicos, los cuales pueden ser entendidos como el conocimiento del placer propio para solicitarle a la pareja sexual las preferencias, más el fortalecimiento del suelo pélvico.
Expuso que los juguetes sexuales también juegan un papel importante fuera de la vida de pareja, en el autoerotismo. Explicó que con el paso del tiempo estos artículos para adultos han evolucionado, para ser más especializados y seguros.
La sexóloga indicó que es en el contacto físico con la pareja, y en el juego previo al coito, cuanto se segregan las sustancias químicas especializadas que producen placer. Se trata de los neurotransmisores, como la dopamina, epinefrina, norepinefrina y serotonina, entre otras.
Consideró que el uso de los juguetes sexuales, solos o en pareja, va fortaleciendo vínculos, porque a través de ese intercambio y esa variedad en la vida sexual construye la posibilidad de relaciones interpersonales más sólidas.
“Muchas personas le tienen miedo a los juguetes sexuales, porque se abren sensaciones de placer, y en la cultura mexicana, la cual está influida por la religión, el sexo, está relacionado con funciones reproductivas y no con el goce”, sostuvo.
Expuso que el uso de los juguetes sexuales en la vida de pareja, ayuda a que las sensaciones se intensifiquen, es decir, explorar más allá del coito. “No hay que olvidar que el órgano sexual más grande es la piel”.
La también psicoterapeuta dijo que, pese a que se vive en el siglo XXI, aún se viven muchas resistencias a experimentar sensaciones con los juguetes sexuales. Expuso que hay personas que no se dan el permiso para vivir nuevas sensaciones, fundamentalmente por creencias que la sexualidad envuelve cosas malas.
Eso sí, señaló que cada vez hay más apertura de las mujeres para experimentar con estos artículos, sin embargo, no así para el uso en pareja. La especialista adjudicó estas situaciones a tabúes que aún persisten en torno al caso.
Indicó que el complemento es el uso de los juguetes, ya que hay atributos como la creatividad, la comunicación asertiva durante el acto sexual con la pareja, lo que dará una satisfacción en ese aspecto de la vida. Indicó que recomienda el uso de los juguetes sexuales, ya que, si se es una persona soltera, evita que se den relaciones fugaces en momentos de vulnerabilidad, además de mejorar la vida sexual de las parejas.
La sexóloga externó que la única situación que puede ser complicada de los juguetes sexuales, es el costo de los mismos, ya que los de última generación pueden llegar a ser costosos. Explicó que existen artículos de este tipo que llegan a costar arriba de 6 mil pesos, pero también hay económicos, con un valor de 300 pesos.
Comentó que los juguetes también suman a darle otro giro a la sexualidad de la pareja que ya tiene cierto tiempo junta y que busca nuevas alternativas.
González Velázquez precisó que existe más variedad de juguetes sexuales destinados para mujeres que para hombres, ya que por lo general es un mercado que está ahí para vender estos artículos a este grupo poblacional.
Acotó que los juguetes sexuales no necesariamente son vibradores o similares, sino también indumentaria como ropa, prendas comestibles, condones de diferentes texturas o sabores, entre otros.
La especialista recomendó darse permiso para experimentar con estos artículos, ya sea para la autoexploración o bien para darle nuevos bríos a la vida sexual de la pareja.
SY