Mérida aún conserva una red de 82 hidrantes, considerados unas verdaderas reliquias, pero tienen más de 100 años de antigüedad, así que ya no cumplen su función para lo que fueron diseñados y en algunos puntos entorpecen el tránsito peatonal.
De acuerdo con el cuerpo de bomberos estos dispositivos fueron instalados en puntos estratégicos de la Ciudad para la ayuda de combate de incendios y el abastecimiento de pipas.
Los hidrantes aún están conectados a la red de agua potable de la Junta de Agua Potable de Yucatán, pero por la baja presión ya no son funcionales en el combate de siniestros, ni para el abastecimiento de vehículos para esa finalidad.
Una pipa de 20 mil litros puede demorar en llenar en uno de estos artefactos hasta más de una hora, cuando en un cárcamo se abastece en 20 minutos máximo. “Si dependiéramos de esto, en ese lapso una casa ya estaría reducida a cenizas”, indicó el bombero Carlos Pool.
Según la dependencia, de los 82 dispositivos, 60 son los que aún funcionan y 22 están inservibles a causa del deterioro por el paso de los años o porque han sido blanco de desmanes, pues se han robado las llaves que están fabricadas de cobre sólido.
Los hidrantes están distribuidos en el primer y segundo cuadro de la Ciudad, no así en el llamado Centro Histórico de Mérida, que fueron retirados cuando se realizaron los trabajos de remozamiento.
Sin embargo, aún existen en los barrios de Santa Ana, La Ermita, Santiago y colonias como la Alemán, Chuminópolis, Jesús Carranza, México y hasta en Paseo de Montejo.
A pesar de que ya no son utilizados, la gente de Yucatán tiene la cultura de la prevención, por lo cual se respetan los espacios destinados para los servicios de emergencia en caso de algún siniestro.
Se indicó que cuando había una emergencia los bomberos, con la ayuda de llaves especiales, retiran el candado del hidrante para conectar las mangueras que servían para combatir los incendios.
Recordaron que en los años 70, 80 y hasta en los 90 se sofocaron importantes siniestros en el primer cuadro de la Ciudad y en los barrios cercanos con la ayuda de estos artefactos; sin embargo, ahora a pesar de que todavía funcionan no se utilizan para atender una emergencia.
Estos dispositivos, así como las tomas siamesas serían de mucha ayuda para el combate de incendios en el primer cuadro de la Ciudad, donde las calles son estrechas, lo que dificulta las maniobras de los vehículos de emergencia, pero se tendría que incrementar la capacidad de abastecimiento de agua para que puedan ser funcionales.
Durante los incendios de grandes dimensiones que se han registrado en los últimos años en el primer cuadro la logística fue lo más complicado porque las calles son angostas.
SY