Autoridades locales dan a conocer el gran legado cultural, tradiciones e historia de Teabo a través de una serie de murales con el rostro de destacados personajes que han sobresalido en diferentes ámbitos de la sociedad.
Lo anterior forma parte de un proyecto promovido por la actual administración municipal, encaminado a homenajear a varios teabeños distinguidos que han sido un ejemplo desde su trinchera, haciendo eco de su pasión y vocación.
En el mes de noviembre del 2020 se elaboraron los tres primeros murales, correspondientes a Hermenegildo Yah May, un músico tradicional maya; José Vitaliano Hau Tec, un conocido yerbatero, y Ada María Ávila Báez, una veterana enfermera jubilada.
Luego de varios meses de trabajo, ya se pueden observar otra serie de cinco murales que adornan los espacios públicos del municipio, como el Museo Comunitario, constituyendo un abanico atractivo para propios y extraños.
Las obras pintadas por el talentoso artista Miguel Jesús Pech Gómez, oriundo de Sotuta, pertenecen a Francisca Tziú Bacab, José Concepción Ek, Irma Esther Collí Chab, Amalia Tamayo May y Rosa Marcelina Cano Mis.
Francisca Tziú, conocida cariñosamente como “Panchita”, fue una partera tradicional, cuya misión en el municipio fue hacer feliz los hogares de las familias teabeñas con el recibimiento de niños y niñas. Los conocimientos tradicionales de tan noble e importante oficio, le fueron heredados por su tía Porfiria Tziú, comadrona del pueblo. Fue así como “Panchita” adquirió los conocimientos que puso en práctica a lo largo de 45 años. Las tareas de la mujer no se limitaban a las labores de parto, sino que también incluía la preparación de las futuras madres, dando masajes para tener un buen alumbramiento y la elaboración de infusiones a base de hierbas medicinales para remediar diferentes tipos de malestares. A la edad de 87 años, la querida doña Panchita partió de este mundo para dejar su humilde legado a todos los teabeños, que siempre la recordarán con mucho aprecio, respeto y admiración.
José Concepción Ek, conocido como el “Guardián del Palacio”, fue un hombre que brindó los mejores años de su vida al servicio de la comunidad, así es recordado y plasmado en las calles de su tierra. Nació un 20 de diciembre de 1921 en la villa de Teabo. Dedicó su vida entera al servicio del orden y la diligencia; el mantenimiento y cuidado del Palacio Municipal, así como del parque principal de Teabo. Durante su trayectoria como guardia, brindó sus servicios a lo largo de la administración de varios presidentes municipales. Cuando el municipio no contaba con un cuerpo policiaco o personal de asistencia, “don José” siempre estaba en disposición de apoyar para cubrirlos. En sus ratos libres, desde el palacio se dedicaba a urdir hamacas. Fueron tantos años de servicio ininterrumpido que José Concepción brindó que, por su edad, tuvo que retirarse y se dedicó completamente al urdido de hamacas.
Irma Esther Collí Chab fue una artesana del cacao que dedicó gran parte de su vida a la preparación de tabletas de chocolate; una tradición familiar derivada de una exquisita receta casera. Dicho arte lo aprendió a la edad de 15 años, cuando comenzó a ayudar a su madre en la preparación de la aromática artesanía, un oficio al que dedicó cerca de 8 décadas de su vida. Con su viejo molino de mano y una antigua báscula como principal herramienta de trabajo, aunado al esfuerzo, dedicación y ganas de salir adelante, “doña Esther” elaboró deliciosas tablillas de chocolate casero que puso a la venta desde su domicilio.
Amalia Tamayo May fue una maestra que desde su niñez demostró tener vocación por el magisterio. Durante su formación en la Normal Superior, reafirmó sus deseos de superación porque tenía en su pensamiento que, en un futuro cercano, educaría a la niñez teabeña. Al paso del tiempo, sus sacrificios se vieron coronados al lograr graduarse. En el año de 1956 inició su labor como docente, ejerciéndolo por tres años; posteriormente asumió el cargo de directora de la escuela primaria “Benito Juárez”, donde se jubiló luego de 27 años para dejar una huella imborrable.
Rosa Marcelina Cano Mis fue pionera en la comercialización de ternos y huipiles fuera de la comunidad. Esta artesana ha contribuido por muchos años a conservar una de las tradiciones más antiguas, el xocbichuy (hilo contado) o bordado a mano. La mujer aprendió de su madre, quien le enseñó a confeccionar y mantener la tradicional técnica a partir de los 19 años de edad, realizando huipiles y ternos. Ha transmitido el conocimiento a varias generaciones. Con 40 años de trayectoria, ha recibido reconocimientos como artesana yucateca. Su trabajo es tan bien valorado que ha tenido la oportunidad de exportar sus productos artesanales a otros Estados y elaborar prendas para gobernadores. Doña Rosa Cano fue la primera artesana en comercializar el punto de cruz en la Feria de X’Matkuil.
Actualmente, en las inmediaciones del domo municipal, se está elaborando un mural donde figurará el rostro de un conocido y destacado médico de la comunidad. Con la serie demurales, se rinde digno homenaje a destacados teabeños por su contribución a la sociedad.
SY