“La Rafaelita” fue la primera maquinaria pesada utilizada para el inicio de la transformación y el desarrollo urbano de las calles de esta ciudad, misma que forma parte importante de la historia de la Sultana de Oriente.
Graciliano Kumul comentó que es una antigua maquinaria que muy pocos saben de su existencia y su importancia en el mejoramiento urbano de la localidad en su momento y que es una parte importante de la historia vallisoletana.
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De acuerdo a la historia, corría el año 1923 cuando llegó a Valladolid una brigada de ingenieros, desde la Ciudad de México, para comenzar la construcción de las calles, lo que se inició después del trazo y levantamiento topográfico en diciembre de dicho año, comenzando a trabajar a marchas forzadas.
La llegada de maquinaria por ferrocarril fue constante y cuando se hizo necesario se trajo una aplanadora que hoy conocemos como “La Rafaelita”, misma que se encuentra en exhibición a la salida de esta ciudad, rumbo a la capital del estado.
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De acuerdo al libro de Néstor Aguilar Pérez (+), quien era cronista de la ciudad, la pesada maquinaria tiene alrededor de 95 años de haber llegado a la población e iniciar la transformación urbana de esta ciudad, misma que trajo el progreso material y cultural a la Heroica Zací.
“La Rafaelita” es parte de la memoria histórica que enlaza generaciones de la ciudad, misma que representa el esfuerzo y la perseverancia que ha caracterizado al noble pueblo vallisoletano de ayer, de hoy y de siempre.
De acuerdo al escrito, el nombre se debe al ingeniero Rafael Quintero (+) quien fue el primero en usarla y explicar su manejo, por lo que se le dio el nombre con el que hasta hoy se conoce y como se encuentra inscrito en una placa junto a esta maquinaria pesada.
Una pieza histórica que está en permanente exposición en Valladolid, Yucatán; la aplanadora “La Rafaelita”.
Ésta es conocida por ser la primera aplanadora en llegar a Valladolid en el año de 1923, en la cual en enero de ese año inició el proyecto de construcción de calles. Esta maquinaria no fue la única aplanadora, pero sí la primera.
Hoy en día ya muy poca gente lo recuerda, pero antes, “La Rafaelita” se encontraba en la calle 48, mejor conocida como “La calle de los locos”. Ahí es donde muchos niños se subían a jugar en la aplanadora, hasta que fue puesta en exposición y guardada como patrimonio vallisoletano.
Ahora todos los visitantes, al entrar a este Pueblo Mágico, ven la primera aplanadora de la ciudad que hizo las calles para permitir el acceso a los vehículos, que por cierto fueron las mejor hechas y que duraron mayor tiempo.
SY